Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

martes, 6 de enero de 2009

UN DIA MAS










Anoche, que se supone que era el último día del año, acosté a mi padre a eso de las nueve y cuarto, después regresé al comedor-salón del piso y estuve un rato con mi madre. Cambiaba de canales haciendo puntería con el mando a distancia y las imágenes se sucedían en la caja tonta, mostrando a gente que ya andaba beoda perdida, también noticias y sucesos ocurridos durante el año.

- ¿Hoy harán “Escenas de matrimonio”? -me preguntó.
- No se mamá..., como mañana es fiesta y hoy Nochevieja.
- ¿Pero mañana que fiesta es...? -volvió a preguntarme.
Unos minutos después me fui a la cama, apagué el móvil y me cubrí con las sabanas, durante unos instantes escuché los ronquidos esporádicos de mi padre, sus ahogos y algún carraspeo..., y finalmente me dormí, mi organismo se entregó al sueño ajeno a las campanadas, a los petardos, al castillo de fuegos artificiales...,
He despertado tranquilo, sosegado y con ganas de conducir hasta Los Pinares para dar una vuelta a Nortón y a Mia. He preparado el café con un poco de leche condensada para mi y uno con leche y miel para mi padre, después he conducido en dirección hacia la Sierra Calderona y me he vuelto a encontrar, desde el bypass, con su perfil azul oscuro trazando picos, valles y cimas contra un cielo que amanecía encapotado y como pegado contra el firmamento nocturno. He distinguido puntos de luz, racimos destellantes, hileras luminosas..., en sus faldas, pero sus alturas continuaban oscuras y en calma, solitarias, silenciosas..., desde luego no estaba en ellas con la Bicipalo, pero son tantos los kilómetros rodados por sus pistas, por sus caminos, por sus senderos..., que puedo imaginarla, ajena a la baraúnda de estas fechas.
Nortón y Mia han salido como toros cuando he abierto la puerta de la parcela, el galgo ha dado un salto en el aire, de cuerpo entero que por poco no se ha estrellado contra mi cara, envuelta en penachos de vapor. Mía lloriqueaba y también saltaba de alegría pero enseguida han salido acelerando hacia el pinar cercano por el que llevo paseando y gozando desde que tenia unos 10 años..., lanzados al galope, los he perdido de vista segundos antes de que desaparecieran entre el monte bajo, entre las coniferas, reverdecidas y frondosas, sin decorar, sin iluminar.
Trato de hacerles una foto instantes antes de que el monte los engulla y creo que solo consigo cazarlos a la carrera y como los dos bichos son de color marrón, pues apenas si los distingo.
Me subo el cuello de la chaquetilla con interior de borreguito y noto como la punta de mi nariz se va enfriando, camino sobre la pista de tierra rojiza y me siento bien. Aquí no hay nadie, son las ocho y media de la mañana y tan solo se oyen mis pisadas, los jadeos de mis perros cuando vuelven a aparecer surgiendo de entre las matas de romeros, de entre las matas de los espinos, de entre las coscojas..., tan ajenos a estos días, como las montañas que ahora quedan a mi espalda, como toda la naturaleza que me rodea, como el cielo que poco a poco se va iluminando tímidamente.
Camino en silencio, con las manos en los bolsillos y observando los charcos resecos, las huellas de otros perros que han quedado impresas en el barro, viendo los filamentos de algunos hongos que crecen envolviendo las heces de conejos, del ganado que a veces pasa por aquí, de mis chuchos..., caminando en silencio, a solas, tratando de fijarme en todo esto, recordando los paseos del verano, los aromas de los amaneceres en primavera, las hileras de las procesionarias, a Patricia agachada hacia las docenas de plantas que crecen en estos pinares, auténticos islotes de flora y fauna, entre campos de naranjos, entre viveros y amenazados por varios PAis. Estos bosques del Pla de Colom son unas verdaderas joyas naturales y creo que alguien más debió de pensar como yo, porque hace un par de años, alguien o alguna entidad, ciertamente no lo se, decidió reforestar una pequeña zona. Colocaron vallas de madera tratada al autoclave en algunos tramos de la pista y plantaron matas de aromáticas, una docena de carrascas jóvenes y saludables, plantas autóctonas como jaras y llentisclos. Las regaron y cubrieron los cercos con cuadrantes de mantelina para retener la humedad. Aquella iniciativa me encantó y creo que no a mi solo, alguien formó la palabra “GRACIAS” colocando piedrecillas a un lado del camino
Ahora andó por ahí y ya no queda ninguna valla, gran parte de las plantas han muerto, no queda ni una carrasca y aquel agradecimiento se ha borrado, las piedras se han dispersado sobre esta tierra roja, esponjosa y casi como arena. Imagino que una tierra de avenida, puede que fértiles lodos antiquísimos..., cojo un puñado en mi mano y Mía llega a la carrera, detrás Nortón, casi mimetizado, escudriña el bosque.
Sigo caminando y no puedo evitar pensar en mi padre, como siempre..., esa especie de complejo de culpabilidad que me asalta cuando me lo estoy pasando bien, como en estos momentos y le veo a él tumbado en la oscuridad de la habitación, esperando a que yo vuelva, durmiendo, puede que soñando, imaginando que en breve volverá a andar..., no lo se, pero continuo con el paseo y recuerdo a la gente que he visto esta mañana cuando esperaba en un semáforo a la altura del Palacio de Congresos, imagino que los hoteles levantados en la avenida habrán montado la preceptiva fiesta de fin de año y he visto a jóvenes deambular ojerosos, vestidos de noche, ellas con ligeros trajes de fiesta, ellos con las manos en los bolsillos, encogidos y con los ojillos entornados..., esperando a ese taxi que no aparecía, temblorosos a unos 8 grados de temperatura, ligeramente afónicos y resacosos..., y hacia Valencia, hacia la mole de hormigón del futuro estadio de fútbol, los destellos azulados de un control policial.
El semáforo ha cambiado a verde, he trazado la rotonda y los restos de la fiesta, de la celebración, de la ilusión..., han quedado atrás, pero no solo la de esas personas que han pasado la noche riendo, bailando, bebiendo, anhelando acostarse con ese o con esa, engullendo uvas entre risas, cazando burbujas de champán, quemando nicotina..., mi ilusión también hace años que desapareció, sobretodo en estas celebraciones navideñas, tan manipuladas y artificiales. Pero esto es algo que siento ahora, con 42 años largos, en enero caerá otro más..., años atrás lo celebraba como esos chicos y chicas que he visto esperando en la rotonda, reía con mas asiduidad y me dejaba llevar..., pero ahora, me limito a observar, a intentar no criticar y a vivir según el ritmo de las estaciones, según el ritmo del sol y de la temperatura ambiental, al ritmo de la floración y de la actividad de la fauna.
Poco a poco trato de encontrar mi sitio, de hallar mi camino..., aunque recuerdo y reconozco, que el día 25 de diciembre es muy especial para mi. Hace muchos años, por estas fechas, mi padre me recitó uno de los pocos refranes que recuerdo.
- Pedrín...., “a Nadal, el dia s´allarga un pas de pardal...”.
Desde entonces, cada Navidad, sonrío tranquilizado, se que tengo unos segundos mas de luz al día, se que el sol permanecerá un ratito más en el horizonte, se que el invierno será más llevadero y que la primavera quedará un poco más cercana.

Imagino que de la misma forma que mis padres no mostraron mucho interés, el día de la famosa nevada, aquí entre estos bosques, mientras yo correteaba excitado..., yo estoy perdiendo el interés por los convencionalismos con la edad, por la repetición de los acontecimientos años tras año..., y eso empieza a preocuparme, si ya no me interesa la Navidad como tal, si paso del fútbol, si los coches nuevos me son indiferentes, si no pienso comprarme bici nueva en mucho tiempo, si cada vez estoy mas convencido de que mi soledad sentimental es mi estado ideal..., ¿qué sentido tendrá mi vida dentro de unos cinco o diez o dos años....?, ¿seguirá aburriéndome el discurso de los políticos de turno...?, ¿observaré distanciado e inmóvil las injusticias sociales, los abusos de los PAIs, la manipulación de los medios de comunicación por esos mismos partidos políticos...?, quizás todas estas percepciones extrañas no sean una cuestión de perdidas de interés, como yo mismo escribo, en el fondo me gustaría que se tratase simplemente de un atisbo de madurez, de un esbozo de calma interior y de percepción tranquila y sosegada de la realidad cotidiana. Desearía que se tratase del inicio de una nueva forma de pensar, de sentir, del inicio de una andadura hacia lugares mentales desconocidos, hacia una nueva forma de interpretar la realidad..., pero igual es pedir demasiado ¿no...?, no lo se y tampoco se si debo empezar a agobiarme ya..., creo que lo mejor será continuar observando las idas y venidas, las carreras y los saltos de Nortón y de Mia, las gracietas de Cecil en el piso de Valencia. Creo que lo mejor será seguir hablando con las amistades saludables, seguir viendo documentales sobre la naturaleza y seguir pedaleando por la serranía..., esa que vuelvo a tener de cara al regresar del paseo de un día como los demás, aunque hay gente que dice que hoy ha empezado el año 2009 y el caso es que yo creo que sigo siendo la misma persona que anoche, cuando me acosté poco antes de las nueve y media, también creo que estos pinares siguen siendo los mismos, placidos y serenos, solitarios..., si, pero hoy, el día será un poquito más largo que ayer y ellos lo saben, Nortón y Mía que ya trotan de vuelta al chalé de mis padres, pensando ya en el pienso con carne y leche que les prepararé antes de volver a Valencia a levantar al papá...




















2 comentarios:

Olocau.Digital dijo...

Saludos!!

Ñita......Anto Ñita!! dijo...

Me ha encantado tu relato,la forma en que lo describes hace que lo vivas!!!!!!!

Y si te sirve de "consuelo" no fuiste el único que se acostó tempranito esa noche,creo que somos una raza en peligro de extinción jajaja