Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

LA INTIMIDAD DEL BOSQUE.




 


 Cecil olisquea esos aleros verduzcos y carnosos, son hongos que se alimentan de la madera, en este caso de un algarrobo que acoje en su corteza a algunos huespedes mas. En una de sus ramas destaca un liquen amarillento, resucitado con estas ultimas lluvias pero que realmente ha estado ahí durante el verano y durante la primavera, durante bastantes años, pero escondidos en esos rincones intimos que no llaman la atención de nadie..., bueno, salvo la mia y la de la manada.





    Durante todo el año paso junto a este viejo tocón y sus hongos ya son viejos conocidos, siguen ahí año tras año y no importa que sea otoño o verano, ahñi están, pero eso si, durante el otoño y el invierno los encuentro mas sonrientes y con la piel mas tersa.






   Y el paisaje va cambiando con los fríos y los chubascos, la tierra sonrie y reverdece, es ese pasto invernal, esa especie de primavera fugaz y timida, el ultimo canto antes del silencio invernal.



















10 comentarios:

Rafa dijo...

Es verdad, los bosques ahora en otoño estan llenos de vida, con todos esos colores, antes de que caiga la hoja y los árboles duerman... y los musgos, vuelven a la vida... hace nada parecian muertos, pero ahora los tocas, tan voluminosos, cargados de agua, y ese verde tan vivo...

saludos.

Pedro Bonache dijo...

Hola Rafa,la verdad es que los pinares dan poco juego con las hojas,los algarrobos tampoco las pierdes y cuando llega el otoño no podemos disfrutar de esas presiosos contrastes de los arboles caducifolios. Pero lo que me gusta es que esos hongos y esos musgos están todo el añó ahí y a mi me gusta verlos año tras año,durmiendo durante los calores y despertando con la humedad.

Rafa dijo...

Sí, es impresionante ver como se agarran a la vida y como se van adaptando...

me gusta la descripción que haces a la idquierda...

En esos bosques me perdia de niño..

es de las mejores sensaciones, perderse en el bosque siempre que se puede, con nuestros amigos de cuatro patas o a solas, escuchar a la naturaleza y a uno mismo...

me gusta tu blog.

Pedro Bonache dijo...

Me alegra que te guste el blog, Rafa, al final se convierte en una especie de diario público donde cuentas cosas..., y es cierto, de pequeño me perdia en estos mismos pinares. Han pasado bastantes años..., y mira, sigo haciendo lo mismo, como si fuese el decorado de mi vida.

Ars Natura dijo...

Esos hongos yesqueros que utilizaron nuestros antepasados para calentarse en las frías noches y para perder el miedo a la oscuridad, siempre han vivido a costa de los viejos árboles como el algarrobo que nos muestras, con esa mirada triste que tiene el ojo de su rama quizás debido a los lunares amarillos que le han salido con los años...

Un saludo desde el lejano norte Pedro.

Pedro Bonache dijo...

¿Desde el Norte, Goyo...?, eso es que estas en casa de tus padres. Así es Goyo y me recuerdas que Otzi, llevaba consigo una cajita, creo de abedul, con un hongo yesquero y también con otro medicinal. Me gusta encontrarme con este tipo de hongos, cuando me acerco podría sentirme en cualquer bosque frondoso de esa humeda y fria Europa.

Jesús dijo...

La verdad es que da gusto perderse ahora por nuestros montes secretos preferidos. Parecen otro lugar distinto que en verano. Una gozada estos paseos que te pegas.
Uno, que es un egoista ya está deseando que escampe un poco para coger el biciclo y quitarle el óxido a las articulaciones.

Pedro Bonache dijo...

Que bueno lo de "Biciclo",la montaña esta maja, Jesús,por cierto,este sabado Joa guia a toda la peña de Moncada haciendo las Transcalderona, quiere que me deje ver por allí y yo contentisimo, ¿te hace....?, me encantaria volver a vernos.

Jesús dijo...

¿Trascalderona? ¿Joa?, es leer estas dos palabras juntas y ya me duelen las piernas y me tiembla todo el cuerpo...
El sábado mi señora esposa trabaja todo el día y no podré salir. El domingo intentaré escaparme por donde siempre (siempre Truman) a mi ritmo de gasterópodo.
Yo también tengo ganas de charrar contigo sin tener que teclear...seguro que coincidimos (cruzándonos como siempre) un dia de estos y así me cuentas entre otras cosas, como llevas el libro.

Pedro Bonache dijo...

Ja,ja,ja...¡¡¡¡,a ritmo de gasteropodo observado por Truman..., cualquier dia nos volveremos a cruzar por la sierra y no sabremos quien es quien....,salvo por las bicis.