Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

LOS CHOPOS DESNUDOS, en "Diario de Homo"

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Deseaba llegar hasta la Font de l´Abella para fotografiar a los chopos ya desnudos, sin hojas y tiritando de frío durante las noches, con sus ramas finas, con sus varas como apretándose entre ellas para darse calor, calladas y recibiendo el sol generoso y radiante de una semana primaveral, cálida y encalmada en pleno diciembre.

Pedaleaba remontando las primeras rampas de la pista del Campillo, que asciende desde el plano de Porta Coeli hasta el collado de la Morería, ya por encima de la Pobreta y de la cartuja.

Remontaba y recordaba a mi padre al mismo tiempo, también pensaba en mi y en como me encontraba el año pasado por estas fechas y con papá ya ingresado en el Hospital General de Valencia. No podía imaginar que estaba asistiendo a sus últimos días, era la primera vez que me enfrentaba a algo así y yo andaba ya casi desquiciado en medio de aquellas caminatas nocturnas hasta el hospital, en medio de esas noches pasadas al pie de su cama en el sillón reclinable, esperando a que llegasen las enfermeras con ese calentet, a poco mas de las doce de la noche. Papá no quería tomar nada y yo pedía un Cola-cao, lo saboreaba en la penumbra, escuchando la respiración de papá y sintiéndome algo relajado, ese era uno de los pocos momentos de calma, de quietud durante aquellos días. Después me quedaba dormido hasta que alguna enfermera entraba en la habitación para controlar los goteros que terminaron por matarle, paradójicamente…, y volvía a dormirme hasta ese amanecer que iluminaba la habitación a través de los agujeritos de las persianas. Eran finos haces luminosos, incandescentes que siempre me hacian sonreir.

Ha pasado casi un año y papá murió unas semanas después, pero la vida sigue a mi alrededor y en mi mismo, de la misma forma que surgió en La Tierra hace unos 3500 millones de años…, sigo pedaleando y recuerdo que por esta misma forestal, los lirios azules consiguieron arrancarme una sonrisa, días después de su fallecimiento, a finales de febrero y ya cerca de la primavera. Y pensaba en ellos, pensaba que aún quedaban unos meses para verlos de nuevo, echaba miradas a los taludes de roca gris repletos de grietas en las que brotaban las hierbas y algunos diminutos pinos, y ahí donde la roca se hundía en el camino crecían los tomillos, las jaras, los romeros, el pasto reverdecido con las lluvias…, y en ese momento lo he visto, estaba ahí, un valiente lirio que no había podido esperar a la primavera, una preciosa flor lila que había despertado del letargo invernal con la calidez del sol y con el zumbido de las abejas.

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La vida, el milagro de la vida volvía a surgir ante mis ojos privilegiados, de forma callada, sutil, tímida, vivaz…, pero efímera, la atmósfera había engañado al lirio como lo había hecho con mis sentidos unos días atrás, cuando paseaba con la manada, durante esta semana de aislamiento en las Tierras Altas y en la que había creído estar en marzo, en la que mis sentidos confundidos creían oír los chillidos de los vencejos o los arrullos de los abejarucos, allí arriba, en la Font de l´Abella. Un engaño en el que el vuelo de las abejas me hacía buscar las flores blancas de los gamones y en el que mi cuerpo y mis sentidos se excitaban alborozados con esa primavera imaginaria. Pero algo era distinto, faltaban los olores dulzones, los aromas intensos, el canto de las aves, las melodías de los mirlos al alba y el ulular de las abubillas…, y el anochecer llegaba enseguida, pronto, húmedo y silencioso, tan solo algún autillo llamaba mientras la voz delicada de algún grillo surgía entre las sombras de manera delicada, como tintineos que anunciaban el ocaso fresco y callado entre cirros como emborronados en el cielo casi nocturno, como invitando al sueño, al letargo invernal, al parón y al sueño bajo el hielo y las nieves.

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Y pensé en el lirio, allí solo en el talud, soportando el frío y la noche…, después imaginé, mientras paseaba con la manada, el amanecer y como el sol volvería a lucir, asomando por encima del mar y día tras día ganando altura y tardando mas en recorrer el cielo. Poco a poco las noches se acortarán y la sabia volverá a correr, a moverse, a empujar a las yemas llenas de vigor y de vida, mientras los primeros vencejos volarán ya sobre el estrecho, escapando del calor africano y por debajo de ellos, volarán los abejarucos, en las misma dirección y con la misma intención…, pero hasta entonces, el sol apenas si se elevará y la tarde se funde en la noche que seguirá llegando empapada, silenciosa y a veces, en medio de la fantasmagorica luz de la luna llena que nos envuelve a mi y a la manada..., en su ciclo casi infinito y que durará más allá que la vida de cualquier humano, de la mía misma.

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7 comentarios:

Ars Natura dijo...

Yo todavía no conozco rutas guapas saliendo de Sevilla capital con la bici. Se puede pasear a lo largo del río o por unos cuantos parques grandes que hay en la ciudad, pero salir de la city se me hace largo y peligroso por la cantidad de automóviles que hay y lo mal que se conduce en general. Pero todo se andará, o pedaleará, la semana próxima espero poder rodar por la marisma de Doñana saliendo desde casa (122km), a ver si no se me hace demasiado largo...

Pedro Bonache dijo...

Joer Goyo, 122 km son bastantes si sales de casa pedaleando ya. Por aquí es tipico que la gente que vive en Valencia capital vayan en coche hasta algun pueblo lindante con las serranias, mas que nada para evitarse el tráfico urbano que es incomodo y peligroso.
Pues ya me lo contarás...., y mas abrazos mañaneros.

Pedro Bonache dijo...

JESUS..., gracias por la foto del eslizón..., genial el detalle, has conseguido que me recorriese un escalofrio por toda la columna vertebral..., incluso has nombrado a Paul..., pero tengo algo que reprocharte..., ¡¡no te puedo dejar comentarios en tu bloggg....¡¡, no seas tan intimo y tan celoso con tus letras...., habilita los comentarios..., vale la pena hablar de ellas, de tus letras.

Jesús dijo...

Hola Pedro,

Me alegro que te gustara.
Simplemente intenté plasmar el entusiasmo que me transmiten tus escritos y tus palabras.
Lo de la foto se me ocurrió a última hora y gracias a ello descubrí el blog de Javier Gallego (macroinstantes).

Creo que los comentarios están activados en mi blog...la verdad es que soy bastante negado para estas cosas.

Un abrazo.

Pedro Bonache dijo...

Jesus...., ayer ya pude dejarte comentarios, pero es que la primera vez que entré no habia forma. Yo tampoco soy ningun "as" de esto de los blogs,para mi es casi como una libreta de anillas, pero electrica, je, je, je.

Joa dijo...

¡Qué bonitas y bien puestas te quedan las fotos! Yo no lo consigo.
¡No hay nada más eufórico que un amanecer que espera matinal de Montaña! Bueno, quizá una bajada de regreso a casa, sobretodo si espera una Voll-Damm bien fresquita.

Pedro Bonache dijo...

Joa, la verdad es que este viejo Nokia hace una fotos muy chulas, para ser un móvil de 2 megapixeles..., ay Dios, yo con una sola Voll- Dam, ya me pirroooo...