Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

DUNA Y LA VIEJA CARPINTERIA en " Duna Virago y Run-run Zing, diario de mis dos custom".





A Chercross, para que sepa un poquito mas de esa vieja carpintería que no pudo visitar en Fallas.

A Santi por su grandeza y humildad cuando me dijo que echaba de menos mis escritos.
.



Estoy montando un pequeño sofá de dos plazas y cuando giro la cabeza descubro a Duna en el rincón, ella parece mirarme trabajar y yo la miro a ella reposando y admitiendo que me gustan sus colores tan claros, tan poco custom, ese color  de la arena y el ocre del sillín tapizado en piel, que me gustan los galgos que decoran su deposito y esos dos escapes tan sinuosos y cortos.
.
                
.
   Suena Maná por la radio y me siento un privilegiado, me siento a gusto de poder estar trabando junto a ella y junto a la Flaca, que es mi bici de montaña. Me siento a gusto de tener este local, viejo y cargado de vivencias, que mi padre me cedió un año antes de morir. El también guardó aquí, hace ya muchas décadas sus dos motos, su Ossa y su Derbi, las dos de 125 y aquí empezó como autónomo, montando sus muebles en el patio trasero de la planta baja y aquí nacieron varias de mis hermanas, aquí vivieron hasta que mis padres alquilaron un piso en la misma calle, fue entonces cuando mi padre compró la maquinaria y convirtió el bajo en una carpintería, en la misma que me encuentro ahora mismo.

.










  La misma que observo impregnada por la impronta de mi padre y de sus plantillas, de sus dibujos, de sus cañas de pescar. Aquí aprendí este oficio, aquí me lo enseñó y aquí trabajé junto a él durante muchos años…, y sigo trabajando y pasando la mayor parte del día.
   Vuelvo a mirar a Duna y sonrío, me siento bien cuando la saco de la carpintería y la arranco sobre la acera, algunos vecinos miran y sonríen, otros se asoman al balcón más que nada por curiosear. Ya no les extraña verme encima de una moto, lo normal es que me vean andando o saliendo algunas mañanas a hacer bici de carretera. Me gusta esta libertad, me gusta poder entrar y salir de la carpintería, el rodar lentamente hasta el final de mi calle, a pedaladas o empujado por el v-twin.
   Recuerdo las palabras de Eduard Punset en su ultimo libro “Excusas para no pensar”, en él habla de nosotros mismos, de nuestras reacciones ante la sociedad, ante las circunstancias laborales, ante el entorno social o familiar y entre muchas cosas dice que uno de los requisitos básicos para ser feliz es sentir que controlamos algo de nuestra vida, sentir que tenemos un mínimo de poder sobre nuestra existencia…, como dejar de trabajar y acercarme a Duna durante unos minutos o para salir a la calle en las primeras semanas del verano para ver el vuelo excitado de los vencejos o para salir con la Flaca todos los miércoles por la mañana.
   Sigo montando el sofá, escuchando algo de música…, a solas en la vieja carpintería, pero con las dos, con Duna, con la Flaca, entre recuerdos que lentamente se desvanecen en el tiempo y otros muy recientes, como cuando mi sobrino trabajaba sobre Duna y la dejaba a mi gusto…, no puedo evitar ser consciente de mi edad, del paso de los años y de que es muy posible que estuviese mirando a mi sobrino como lo hacia mi padre conmigo hace muchos años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola pedro,cuanto tiempo,acabo de leer esta pagina y yo, no es que lea mucho,pero todo lo que escribes me gusta.
un saludo amigo

Pedro Bonache dijo...

Me alegro que te guste, esta pagina en particular la escribí porque surgió en la misma carpinteria, hay momentos en los que sientes cosas y esas cosas hay que escribirlas.
Y otro saludo para ti...., anónimo grato.