Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

domingo, 31 de marzo de 2013

LA SONRISA DE UNA AMAPOLA MORADA.




    Cuando desciendes con la bici de montaña por cualquiera de las pistas de la Sierra Calderona tan solo escuchas el rumor de los neumáticos, el choque de alguna piedra contra los tubos de la bici, el golpeteo de la cadena contra la vaina, el viento creando turbulencias en las orejas. Apenas si te fijas en lo que te rodea mientras los baches te sacuden los antebrazos, mientras las ruedas deslizan sobre las gravas y entre las piedras y mientras tus dedos presionan o aflojan las manetas de los frenos…, pero hoy descendía por el barranco de Potrillos mas despacio de lo habitual, tenía una cita, aunque no sabia si ella acudiría, en las dos ultimas primaveras no pude ncontrarla.
   Bajaba desde el Rincón de la Miseria y nada mas rebasar la fuente de Potrillos he girado a derechas, me he levantado y la Bicipalo se ha inclinado hacia delante dibujando el brusco desnivel de la pista, repleta de lomos de piedras y de surcos que cortaban su típica tierra roja, la misma tierra que descendía entre frondosos pinares y que serpenteaba repleta de estratos de rodeno emergiendo como costillas brutales.
   Me he dejado caer disfrutando del descenso, pero frenando más de lo habitual y empezando a echar miradas hacia los prados que se abrían a mi derecha. Las jaras florecían preciosas y sus colores como morados o fucsias añadían color a un paraje de verdes apagados, añadían luz y alegría a mi paseo.
    Los prados salvajes han quedado por detrás y han surgido los olivares abandonados, invadidos por un mar de hierbas muertas y grises que entristecían y apagaban los bancales olvidados, menos por ella, me miraba elevándose majestuosa y frágil entre ese océano de tallos muertos.
   Me ha sonreído y yo a ella…, por fin había acudido a la cita.









   
  

4 comentarios:

Jesús dijo...

Muy bueno Pedro.
A veces tengo la sensación que hasta en bici vamos demasiado deprisa y nos perdemos muchas cosas...has plasmado perfectamente esa sensación con tus palabras.
No pude salir hoy...a ver si logro verlas antes de que se vayan y si no pues el año que viene.

Pedro Bonache dijo...

Si que vamos deprisa Jesús, recuerda que casi ni nos vimos...., y tu gritando ¡¡¡Neville, Neville..!!! y yo cuesta abajo pensando que eras Ben Cortman..., si no llegamos a parar en el Berro no habriamos visto a la pareja de águilas, que yo creo que se asomaron por los farallones solo para nuestros ojos...., porque ningun otro ciclista las vio, ellos van demasiado rapidos....

Marga Preda dijo...

Que belleza de fotos!!!. La primera me encanta. Gracias, Pedro!

Pedro Bonache dijo...

Hola Marga, a mi también me encanta esa foto....,llevaba esperandola 2 años..., y por fin, ahí estaban esperandome.