Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

lunes, 30 de julio de 2012

4 PERROS Y HOMO en "Diario de Homo".

Hace ya casi un año que empecé a escribir “El verano de los perros flacos” y ellos siempre han estado ahí inspirándome. Ahora, Norton dormita, pero durante este año de continua peregrinación a las Tierras Altas, han sido muchas las carreras que se ha dado tras los conejos. También he podido ver a Mía rastreando entre las matas de esparto, entre las coscojas y aullando excitada cuando ha logrado botar al conejo. Han sido momentos emocionantes, visiones de las que he tratado de no perder detalle y durante las que yo he gritado.

- ¡¡Ahí va la, ahí va la….¡¡¡¡¡.

El grito ancestral que también ha terminado por despertar los instintos cazadores de Piper, el pincher ya es capaz de sacar conejos por si mismo, entonces aúlla como Mía y corre tras esa centella gris que mas de una vez me ha pasado entre las piernas y ante el morro del pequeño Cecil que apenas si ha podido reaccionar.

Han sido lances muy cortitos, de apenas unos 6 u 8 segundos, justo el tiempo que necesitaron todos los conejos para encontrar sus toponeras, han sido madrugadas, serenas y en soledad, sonriendo ante la manada, viéndola correr, viéndola rastrear, viéndolos desfogándose excitados y después contemplándolos reposando junto a mi, mientras trataba de dar vida a esa otra collera, a la collera de los perros flacos, a la collera de mis galgos imaginarios.

Ha pasado casi un año y queda poco para terminarla, han sido fines de semana durmiendo entre perros, con Cecil y Piper bajo mis propias mantas, con Mía durmiendo en la cama de papá y con Norton dormitando en el comedor, hasta que de madrugada metía su largo hocico entre las sabanas, entonces era el momento de despertar, de preparar el café y de continuar escribiendo un rato, justo antes de que las primeras luces nos invitaran al paseo, a las carreras, a la excitación, a caminar entre los charcos de las lluvias otoñales, entre las escarchas invernales y entre los aromas y los cantos de la primavera.

Y ahora, a mediados del verano, ya dormimos todos en la misma habitación, Norton entra a eso de las 12 de la noche y se tumba al pie de la cama, Piper y Cecil, gruñen, no les gusta demasiado que el regalgo se acerque mucho a mi cuando dormitamos, pero he observado como Norton ha aprendido a controlarse y el pobre animal aparta el hocico interminable cuando los pequeñajos le enseñan los dientes.

5 comentarios:

María Hernández dijo...

Hola Pedro:
¿Sabes? cuando veo que has publicado algún trocito de la novela, no la leo, no puedo, quiero leerla del tirón tras aquellos primeros capítulos que compartiste con nosotros.
Tal vez te preguntarás ¿por qué?. Es fácil. Quiero que tu novela tenga las mismas condiciones (o cualidades) que cualquier otro libro que cae en mis manos.
-Ilusión por conocer su contenido.
-Abandono en el placer de su lectura.
-Recrear e imaginarme todos los escenarios y personajes.
-Vivir intensamente la trama.
-Y finalmente, cerrar sus tapas y decir.."Ostras", jeje.

Realmente, espero con muchas ganas que ese momento llegue, que llegará.
Besetes, xiquet...y ánimos.

Pedro Bonache dijo...

Claro que llegará Maria..., y tu tienes que ver mucho en eso. Pero creo que ya no soy dueño de esta novela, quiero terminarla y ella pide mas, realmente pide la extensión natural, algo que me sorprende, quizás porque cuando empecé a escribirla no era consciente de su cuerpo, de su volumen natural..., pero ahí estoy, sentandome a escribir y liberando las correas para que los galgos puedan correr y correr mas allá de mi imaginacion.

Jesús dijo...

Ahí te quería ver yo, sentadito y corrigiendo.
¡Animo Pedro que ya lo tienes!

Un abrazo compañero.

Pedro Bonache dijo...

Creando, Jesús....,aún estoy creando...¡¡¡¡, bueno y corrigiendo también...,pero me siento como un galgo que no puede con la liebre, en este caso una novela a la que le han salido patas y corazón de eso, de liebre.

Ars Natura dijo...

Acá está la liebre....!!!!

Eso es lo que se grita en mi zona cuando después de ver una liebre quieres azuzar los galgos para que salgan tras ella. En cada lugar se grita algo parecido pero siempre diferente. Una vez me lo estuvo contando un hombre que se había dedicado a ser tratante durante muchos alos recorriendo gran parte de España con sus mulos. Un hombre con mucha sabiduría a sus espaldas.