Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

sábado, 21 de abril de 2012

LA PRIMAVERA ERA ROJA.


Despues del viaje con Duna me apetecia pedalear sobre las pistas de la Calderona y el sabado amaneció lleno de aromas, de olores y de sonidos primaverales. Ascendí hasta el cruce de Rebalsadores y me dejé caer por el Rincon de la Miseria hacia el barranco de Potrillos.
La serpenteante pista rojiza, estaba reseca y las umbrias no despedían ese olor intenso olor a humus del invierno, dejaban escapar el olor del pino, unos aromas que me recordaban a otros años y a otras sensaciones, otras vivencias. Me acordé de las amapolas moradas y empecé a echar vistazos a los bancales de olivos de la cartuja. Los veía abandonados y cubiertos por un mar de hierbas marchitas, apagadas, de un color grisaceo triste y sin vida.
No me encontré con ninguna de esas hermosas amapolas moradas, pero si con una de las de siempre, con una de esas rojas que todos fotografiamos o pintamos, una de esas que llenan las cunetas o que surgen alegres en los jardines. Estaba allí, en medio de aquel herbazal triste y sin colores, como si la primavera hubiese abandonado aquel bancal, como si no quisiese saber nada de esas gramineas despojadas de todo verdor o vida.
Ella estaba allí, solitaria y delicada, zarandeada por el viento seco que se habia llevado los aromas de las umbrias y que ajitaba sus frágiles pétalos.







2 comentarios:

Jesús dijo...

¿Moradas? No las he visto nunca... y seguro que he pasado por al lado de ellas infinidad de veces.
Yo salí el sábado y la verdad es que la explosión de color ha llegado a la Sierra, si lloviera un poquito sería perfecto porque está bastante seco todo, pero aún así las flores están cumpliendo su parte y han llegado por primavera. Estas son como los vencejos, no suelen fallar.

Pedro Bonache dijo...

Si Jesús, moradas, pero solo las he visto en los bancales de Potrillos y ademas suelen ser mas voluminosas.
Dichosos vencejos, me llevan loco mirando hacia el cielo y cada vez que entran en mi calle ruego para que se fijen en las casitas colgantes. joer, que feliz sería si anidasen en ellas.