Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

martes, 14 de febrero de 2012

EL PRADO DE LA ESPERANZA.

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A Jesús, esta fotografía le pareció casi irreal y me imagino que sonrió ante la imagen, ante ese prado verde, colorista, inundado de verdes vivos, por ese color que llaman de la esperanza. Imagino que sonrió al descubrir tras esas entusiastas y vivaces flores amarillas, los perfiles de esa Sierra Calderona en la que mi amigo y yo nos perdemos a pedaladas

Hoy he salido a pedalear y he vuelto a pasar por ese prado de tréboles , después de cruzar por uno de los vados del barranco de Carraixet. He girado la cabeza buscando ese tapiz de verdes y amarillos y me he encontrado con la huella de un invierno que no ha tenido compasión, hace una semana encontré esas florecillas cerradas sobre si mismas, cobijándose del frío pero esta vez el prado yacía marchito, abatido, derrotado.

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Debió ocurrir durante la noche, en ese momento en el que el viento se calma, en ese momento en el que el sol se cobija llevándose consigo el calor y casi la vida. En ese momento, la humedad del ambiente se posó en los tallos, en las ramitas y en las flores. Poco a poco, esas gotitas de agua se fueron tornando en estrellas plateadas que crecían como diminutos filos metálicos que iban cortando y perforando a las matas ya rendidas y heridas por la helada. Debió amanecer cubierto .de escarcha, en silencio, inmóvil, rígido pese al viento que llegaba desde los glaciares europeos.

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He bajado de la Flaca y he observado el prado yermo, he caminado sobre él y he llegado a tumbarme sin ser consciente de que mi ropa de ciclista era amarilla, de un amarillo tan vivo como el de esas florecillas vivas y llenas de luz que habían sobrevivido a la glaciación.

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Pese a todo, la vida se abría camino, ¿eh Antonia?, y yo sonreía, mientras descubría algunas matas mas bajo las ramas de los naranjos y después, pedaleando ya de vuelta a Valencia, otros prados mas floridos, mas a salvo de ese aliento gélido que todos los años regresa, justo durante esos días cortos y de largas noches, hasta que casi sin darnos cuenta, igual que llega, se va alejando, como todos los años.

11 comentarios:

María Hernández dijo...

Las flores de tu "Prado de la Esperanza" tienen por nombre el de "oxalis pes-caprae".
Dicen que es endémica de Namibia y Sudáfrica, pero ¿quién no ha visto, alguna vez, un llano o jardín agasajado con estas vestiduras?.
El nombre lo acabo de conocer, porque desde mi infancia, cuando las cogíamos para mordisquear sus tallos agrios, las llamaba "vinagreras".
Menos mal que el atracón era minúsculo, porque también me acabo de enterar que su amargor es producido por el ác. oxálico (de ahí su nombre) y en grandes cantidades puede contribuir a padecer cálculos renales.
Aún así me gusta verlas, como a casi todas las "malas hierbas"; son auténticas supervivientes, se adaptan a pesar de los envites, buscan la manera de ir más allá, son las primeras que lucen y, casi siempre, con colores brillantes y apetitosos.
Para que luego digan que las plantitas no se mueven..."De Namibia a Valencia", pasando por Canarias, jeje.
Bss.

Pedro Bonache dijo...

Ya echaba de menos estos comentarios tuyos tan enriquecedores. Ha sido una mañana grata, he pedaleado, he pensado en cosas, la mente iba de aquí para allá entre las pedaladas hasta que me he vuelto a parar en el prado.
Ha sido una mañana serena y grata, como si alguien la hubiese bendecido.

Jesús dijo...

Muy bueno Pedro.
¡¡La esperanza es lo último que se pierde!!.
La verdad es que me chocó tanto colorido con el tiempo que nos está haciendo...al final han tenido que claudicar al frío pero ten por seguro que volverán seguro en breve, ya que,como muy bien comenta María, son Oxalis pes-caprae, una especie invasora (otra más) prácticamente indestructible que creo tiene distrubución casi mundial y se adapta muy bien a esos ambientes antropizados (campos de naranjos y demás).

Un abrazo

Pedro Bonache dijo...

Un biologo que siempre habla entercera persona y una documentalista genial, juntos entre pedales, homos, ciervas y mamuts.
Todo en el mismo día, en el mismo momento..., decididamente alguien habia bendecido este día,
Jesús, ¿porque será que esa palabra, "antropizado" me hace volar hacia la Cuna de la Humanidad...?.

Ars Natura dijo...

Vaya María se me ha adelantado cuando iba a contar algunas cosas de estas plantitas que no son tréboles, Pedro.

POco más puedo aportar ya a lo dicho por nuestra experta documentadora, pero si queréis saber por ejemplo por qué se la llamó pes caprae y ver alguna foto de su flor más de cerca....
Pasaros por aqui:

http://arsnatura.blogspot.com/2009/04/oxalis-pes-caprae.html

Pedro Bonache dijo...

Je, je, je, Goyo, es que Maria es rápida, eficaz, precisa, certera...
Pasaremos por Ars..., que seguro que tus fotos serán alucinantes, Goyo.

Joa dijo...

En el Grao las llamábamos "agret", si no me engaña la vista (que ya me engaña de vez en cuando) Las comíamos al regreso del colegio. Puede que sean, porque hace unos sábados vimos un prado lleno de ellos entre Bétera y Moncada, y nos llamó la atención, pues ahora todas esas hierba se sulfatan.
Para mí la imagen de la esperanza son los almendros floridos, sobretodo esos que hay en la rampa de la Font del Frare. Ayer estaban tal como los vi la primera vez, en otra mañana fría y desolada de invierno.
PD: A ver si el comentario se publica esta vez, que la mitad no acierto. ¡Y me queda un mes para la ponencia!

Pedro Bonache dijo...

Claro que se ha publicado Joa y esa ponencia será un exito. A mi también me encantan esos almendros floridos y pese al frio, pese a los hielos, pese a todo eso...., cada dia el sol luce con mas calor, con mas brillo...., la primavera despunta por el horizonte.

Joa dijo...

¡Sí, ayer la tarde ya olía a primavera! Como la foto, por cierto, muy bonita.

Antònia dijo...

Sí, Pedro, por suerte "la vida se abre camino". Lo bueno es que para tí y otros como tú es un hermoso camino pues sois (quiero creer que somos) capaces de ver y compartir esa belleza.
Besos!!

Pedro Bonache dijo...

Antonia, has pronunciado la palabra clave "compartir", cuando voy en la bici y observo o contemplo momentos hermosos o mágicos, desearía gritarlo a todo el mundo, quizás por eso lo escribo. Pero ya me pasaba hace años, cuando visitaba a Gabriela, mi ex novia, que habitaba allá por las hermosas montañas del Pirineo, en Jaca, deseaba que mi familia pudiese contemplar aquellas cumbres, aquellos hayedos, aquellos circos, sus bosques espesos..., incluso ahora mismo, esuchando a los gorriones y percibiendo de una dia maravilloso...., desearia que todo el mundo pudiese sentirlo.