Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

sábado, 19 de febrero de 2011

CORRE GALGO, CORRE..., en "Diario de Homo".

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Fue la primera frase que se me ocurrió cuando dejé de sentir sus pulsaciones entre mis dedos, lo dije y el medico se acercó, las comprobó y despues susurró.

-Parece que ha fallecido.

Me dije “corre galgo, corre…”, porque me asomé al abismo, ese abismo que todos tenemos cerca y al que a veces estamos tentados de asomarnos, pero salí del dormitorio que compartí con mi padre durante los últimos siete u ocho años, ahora mismo ya no lo recuerdo bien y por el pasillo volví a repetir la frase, “corre galgo, corre…”, y así corriendo por no mirar atrás, pude aguantar la tarde, las lagrimas de mis hermanas, las de mis sobrinos, la confusa presencia de mi madre que confesaba de nuevo que desde que toma la medicación para la demencia ha perdido los sentimientos o algo así. Pero bueno, aún descolgó la foto del día e su boda y se la enseñó a la paciente y atenta agente de la funeraria.

Los dos últimos meses han sido extraños, esa lucha de mi padre en el hospital, mis extraños sentimientos entre esos días de llovizna, de frío, de viento o entre esos soles regalados días atrás. La súbita muerte de Jonás, el llanto de una hija cuando murió su padre en la habitación contigua a la nuestra en el Hospital General, al poco de amanecer, sus lloros me despertaron. Esta semana falleció la madre de una amiga, en mi misma calle, en la misma calle donde vivía Jonás. Lola me pasó los pañales y los parches que usaban para atender a su madre y ahora veo esos paquetes de plástico y cabeceo.

Bueno…, ya se ha terminado, el invierno suele ser frío y se pasea con una guadaña y envuelto en una capucha oscura de la que emana la gélida claridad de la calavera…, o así la imaginaba de niño tras haber visto alguna película en blanco y negro. El recuerdo es vago, pero aquel espectro atravesaba los trigales y se perdía en el pueblecito para arañar con su hoja la puerta del elegido, la misma guadaña que segaba el trigo para dar de comer, segaba la vida.

No puedo evitar evocar la Prehistoria y el miedo a ese mismo invierno, a las hambrunas, a los hielos y a las nieves casi perpetuas…, quizás por eso la primavera despierta la sonrisa que el invierno roba, quizás por eso hoy deseo mas que nunca que amanezca ya y que regresen los vencejos, que regrese el canto del mirlo al alba y que el ciclo de la Vida continue.

13 comentarios:

Tapestry Workerman dijo...

Hola Bicipalo.
Ya lo siento compañero.
Un abrazo y ánimo.

Pedro Bonache dijo...

Hey Tapestry...¡¡¡¡, ya ves, es como si te quitasen los ruedines de la bici y alguien grita a tu espalda, " ¡ahora tu solo...¡¡¡".
Un abrazote chaval.

Mª Carmen Callado. dijo...

Lo siento Bici. No había leído antes de hoy, este, como siempre, relato de la vida que pasa. La vida que se acaba, para dar paso al recuerdo perpetuo por nuestros seres queridos que se van, sin dejarnos del todo.

Un abrazo muy fuerte.

Pedro Bonache dijo...

Gracias tamborilera..., te digo esto porque me apetecia decirtelo, je, je, je.
Es curioso, pensaba que nunca esc ribiria esta breve reseña..., que distorsion de la realidad, ¿no...?, pero bueno, ya está.
Muchos besos Ama del Bosque.

Artus dijo...

El gorrioncillo ha echado a volar, compañero.

Pedro Bonache dijo...

Así es Artus..., papá ha volado pero yo ahora mismo no puedo batir mis alas, espero no haberme quedado en pinguino.

María Hernández dijo...

Te he leído hoy y no sé qué decirte.

Te mando un abrazo de los grandes, de esos donde en silencio se dice todo. Ojalá lo recibas con el mismo sentimiento que te lo envío.

Un beso, Pedro.

Pedro Bonache dijo...

Hace tiempo que nos escribimos Maria y claro que percibo ese sentimiento, claro que si.
Muchos besossss, June.

Ars Natura dijo...

Yo también te mando un fuerte abrazo Pedro. Lo siento mucho.
Yo estoy convencido de que no se van, siguen con nosotros, pero de otra manera.

Josep Julián dijo...

Hola Pedro:
Siento llegar tarde para decirte que comprendo tu sentimiento. Corre, galgo, corre es algo muy parecido a lo que me dije a mí mismo el día que murió mi padre y sigo corriendo desde entonces, estos días hace 14 años.
Un abrazo muy grande, Pedro y ojalá que nunca corras solo.

Pedro Bonache dijo...

Josep Julian, de tarde nada, tu ya lo viviste hace esos 14 años, a mi hace casi un mes y ¿sabes...?, me ha pasado algo curioso, mi mente ha borrrado subitamente estos ultimos 7 u 8 años..., es algo que me confunde, pero hay que seguir viviendo, seguir corriendo.
Un abrazo Josep..., y gracias.

Julia dijo...

Hola, hoy me he paseado tranquilamente a leer este blog. Es un blog curioso para mi, me gusta, no es lo que suelo seguir, pero muchas cosas y lugares de los que hablas me resultan cercanos.
Y hace un rato, en los post en los que hablas de tu padre, todavía todo ha sido más reconocible. Mi padre falleció el 2 de enero de 2011, tal vez coincidimos en el Hospital General... Son comunes muchas cosas de las que hablas, muchísimas.
Un abrazo y hasta pronto.

Pedro Bonache dijo...

Julia, me encanta que hallas leido este post, y seguro que coincidimos en el Hospital General, seguro que nos cruzamos en el parque, en los pasillos, en las escaleras...., siempre subia por esas escaleras rojizas y llenas de vetas.
Y me alegra mucho que te hallas paseado por aquí, este blog nació una de esas tardes que pasaba con mis padres en el piso, ya postrado tras el ictus.
Mil gracias Julia.