Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

domingo, 16 de enero de 2011

" LA CADERA DE EVA ", por Jose Enrique Campillo Álvarez.

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Admito que la ilustración de la cubierta me llamó la atención, después leí el titulo y decidí leer el ensayo de Jose Enrique Campillo Álvarez sobre “el protagonismo de la mujer de la evolución de la especie humana…”, como él mismo subtitula su libro.

Una mujer prehistórica protagoniza esa ilustración, mira de perfil hacia una amenaza, mientras en su robusto brazo blande un hacha de piedra incrustada en un mango de madera. Deja al aire un pecho y muestra una musculatura demasiado desarrollada para una mujer sapiens, que me confunde, porque es una sapiens y no una neardental. Su frente alta, recta y la barbilla así la definen. Con su brazo izquierdo sujeta a su hijo lactante y un segundo hijo se sujeta a ese mismo brazo y mira al observador imaginario. Tras ellos una anciana trabaja la piel, recoge sus cabellos en un moño similar al de su hija y también parece observar hacia la amenaza pero con un aire mas relajado, con una seguridad y un aplomo conseguido a través de los años de vida en medio de la naturaleza, rodeada de peligros, de amenazas pero también en medio de sosegadas y coloristas primaveras y ante los amaneceres, ante los albores de la humanidad que ellas crearon, que ellas parieron…, las abuelas del paleolítico.

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Agradecimientos.

A Nena, Lola, Beatriz y Carla, mis “Evas” preferidas…, así comienza el autor, también agradecerá después a Cervantes, sus consejos sobre como se debe escribir. A Clara Redondo los aportes estilísticos y gramaticales…, estos agradecimientos parecen dejar entrever cierto miedo a la hora de transmitir todas las ideas y conocimientos del autor, por escrito, pero Campillo Álvarez vence pronto a esos fantasmas y tras una introducción algo académica y un tanto sesuda de las directrices sobre las que apoyara la obra, comienza a desvelarnos los secretos que acompañaron a nuestro linaje, durante su evolución y desde su nacimiento con el Homo habilis en África hasta nuestros días.

Que nos hace distintos, a los humanos del resto de las especies que pueblan el planeta.

El autor lo resume en siete puntos que irá desarrollando con habilidad y ritmo durante la obra.

- Receptividad sexual constante y ocultación de la fertilidad.

- Posición ventral de la cópula, la visión del rostro durante el acto, de su expresión, de su sonrisa, de sus ojos.

- El orgasmo femenino, único en la naturaleza.

- La menstruación.

- Un parto difícil y crítico.

- Unas crías prematuras, frágiles, delicadas y con sus cerebros aún en desarrollo.

- La menopausia, de nuevo un fenómeno que solo padecen las mujeres humanas y que trajo aparejado la aparición de una nueva figura, la abuela. Mujeres capaces de vivir algunas decenas de años mas y que ayudarían a sus hijas en la crianza de los retoños, en la recolección de alimentos y en la transmisión de conocimientos.

Algo de Prehistoria, algo sobre nuestros orígenes.

El autor se centra en la mujer y viene a decirnos que realmente los hombres, los machos apenas si hemos evolucionado en los últimos miles de años y afirma con rotundidad y de manera bien fundamentada que todas las adaptaciones evolutivas se han dado en la mujer. La selección natural ha actuado sobre ellas de manera directa y diríamos que implacable.

En “La cadera de Eva” se define a Homo sapiens sapiens como hijos del clima, como hijos del hambre, de la sed…, se nos define como los descendientes de un medio ambiente que nos seleccionó según las circunstancias de cada momento en los últimos tres millones de años.

Y como primera adaptación, llegada con las fracturas y desertización de las selvas africanas, a raíz de la fractura de la falla del Rift, llega la bipedestación.

Nuestros ancestros son capaces de erguirse, de caminar con cierta armonía sobre sus piernas, en ese momento comienzan los problemas para las hembras y sus partos. Para poder caminar erguidos la arquitectura de la cadera y de la ubicación de la musculatura sufre unos cambios radicales, como consecuencia el canal de parto se vuelve angosto y revirado.

En este punto Campillo Álvarez compara el parto con el de los primates, en estos, al no ser bípedos, mantienen un canal de parto recto y ancho, las hembras paren rápidamente, a solas, con muy pocos problemas y con la cría mirando hacia la cara de la madre.

En nuestros ancestros, el parto deja de ser fácil e intimo se necesita de ayuda…, pero se supera y estos homínidos bípedos no se extinguen y continúan su adaptación al medio, a las condiciones físicas de los nuevos entornos surgidos con la aparición de la sabana, de los bosques claros, de las zonas de matorral, de los entornos lacustres. Y es en estos espacios acuáticos, en los enormes lagos africanos, donde comienzan a variar la alimentación, donde comienzan a incluir las proteinas de pescado. Hasta el momento las proteínas eran de origen animal, del tuétano y de la carne que lograban carroñear.

Con estas nuevas fuentes de alimentos llegan entre otros nutrientes los ácidos de la seria omega y con ellos el hito histórico de la humanidad, el considerable aumento de nuestro cerebro, en volumen y en calidad de conexiones neuronales.

Y de nuevo las hembras se encuentran con un nuevo problema, el cerebro de los bebes crece tanto que ya no cabe por el canal de parto estrecho y angosto que surgió con la bipedestación, las muertes de madre e hijo se sucederán, eliminando sus líneas genéticas y tan solo sobrevivirán aquellas madres que accidentalmente sufriesen partos prematuros, tan prematuros que permitiesen que esos cerebros enormes pudiesen moverse por el canal de parto hasta el exterior. Traerían al mundo bebes tan indefensos y débiles que necesitarían de mucho cuidado, de mucho cariño, de mucha atención.

La compleja biología de la mujer…, lo ultimo en la evolución humana.

Hacia el final del libro, el autor se centra en la biología de la mujer y en su fascinante complejidad, nos habla, por ejemplo, del enorme coste energético que supone para la mujer el embarazo, la importancia de la alimentación durante la gestación y del estrés que sufre la embarazada. Dependiendo de esas circunstancias el feto sufrirá unos efectos realmente extraordinarios, desde un desarrollo brillante del recién nacido hasta una homosexualidad masculina determinada ya en el útero, pasando por un futuro saludable o una condena asegurada a padecer enfermedades coronarias.

Nada en la biología de la mujer es fruto del azar o es irrelevante, Campillo nos descubre el herencia evolutiva de la amenorrea o perdida de la regla en la mujer en casos de extrema delgadez, simplemente el organismo “sabe” que esa mujer en ese estado no puede quedarse embarazada porque no aseguraría el aporte alimentario al feto y este moriría, por tanto cesa el ciclo ovárico y la mujer se vuelve temporalmente estéril.

El autor nos seguirá instruyendo desde sus páginas, nos hará conocer un poco mas a la mujer desde dentro, desde su biología más profunda, secreta e intima…, nos hará verla como el culmen de la evolución en el genero homo y es posible que los machos nos sintamos un poco simples respecto a ellas.

“La cadera de Eva” es un libro de lectura pausada, los que no somos duchos en biología tendremos que leer un par de veces algunos párrafos pero nada mas, nos resultará ameno, interesante y enriquecedor. Nos ayudará a tener mas claro que somos y como llegamos a ser lo que somos.

“La cadera de Eva” esta lleno de buenos párrafos, de paginas realmente logradas, de ejemplos sencillos de cómo homo se adaptaba y de cómo sobrevivía…, incluso al final de cada capitulo el autor se toma la molestia de aportarnos la bibliografía e incluso el listado de sitios web para nuestra consulta.

Algunos de estos párrafos podrían ser estos.

“El Sahara y los desiertos de Oriente Medio, como el desierto del Sinaí, se convirtieron en praderas con abundantes lagunas, repletas de animales. Las maravillosas pinturas de los riscos del Sahara central, de unos ocho mil años de antigüedad, demuestran la existencia de pobladores que pintaron miles de imágenes naturalistas de búfalos, de elefantes, de rinocerontes, de hipopótamos, de jirafas, de avestruces y antílopes. Pero este exuberante paraíso duró poco, la pradera desapareció, la fauna retrocedió y el desierto volvió a imponerse. Las pinturas posteriores, datadas en cinco mil años, solo muestran camellos…”


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“El destino de cualquier especie, animal y vegetal, es el de desaparecer. Hace cientos de miles de años había media docena de especies de homínidos. Hace cincuenta mil años todavía quedaban tres; nosotros, los neardentales en Europa y Homo erectus en Asia. Actualmente estamos solos…”

2 comentarios:

Ars Natura dijo...

Cómo te gustan estos libros de nuestros antepasados...

Actualmente estamos solos... será esto por mucho tiempo? o nos extinguiremos en un abrir y cerrar de ojos... o se harán visibles otras culturas, otros seres,... nuestro ADN está cambiando, cambia por nuestra alimentación, por lo que nos rodea, por nuestra consciencia, quizás ahí esté la esperanza de un mundo mejor.

Pedro Bonache dijo...

Goyo, si que me gustan, si, me gustan porque me enseñan sobre mi biologia, sobre mis sentimientos, sobre mis emociones y también porque me enseñan que la Tierra no siempre fué como la conocemos,porque me enseñan que la vida surgió y no ha dejado de sobrevivir pese a las grandes extinciones. Me gustan porque en ellos no caben las manos sucias y corruptas de politicos y religiosos..., no se ve la mano humana, tan solo el rastro evolutivo de la Vida.
Debe ser algo parecido a lo que tu sientes cuando echas tus maravillosas fotografia sobre la naturaleza, cuando nos obsequias con la imagen de ese lobo esquivo, con los bandos de las migratorias, con las huellas de algun oso..., no hay nada sucio en esas imagenes, tan solo la naturaleza.
Un abrazo Goyo.