Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

domingo, 7 de abril de 2013

Y VI LLEGAR EL VIENTO.











   Ayer, la manada y yo nos acostamos escuchando a la lluvia discurrir entre las tejas, incluso unas horas antes paseamos bajo ella, pero esta mañana ha amanecido despejado, con un cielo sin una sola nube y con el monte impregnado de esa misma lluvia que ayer robaba el azul del cielo por el gris de las nubes y que ocultaba el azul de la Calderona con sus nieblas y brumas.
   Hemos paseado y despues de  prepararles la comida, sonreía en la cocina cargando otra cafetera, escuchando a las avecillas y pensando que ruta haria con la Bicipalo, que camino elegiría, divagando, aspirando los vapores del café y entonces lo he oido llegar y bramar entre las ramas de un enorme pino al que dejó huerfano, quebrando semanas atrás el tronco de su compañero. Las avecillas han enmudecido y después ese bramido no me ha abandonado en toda la ruta.
   Pedaleaba blasfemando, ascendiendo por el Campillo y echando miradas a la pista que sube desde la Cartuja de Porta Coeli. Casi podía ver las brutales rafagas de viento lanzarse desde el Collado de la Morería, cuesta abajo, levantando tolvaneras y abofeteando a los jovenes pinos, azotando a los arbustos y golpeando mi rostro, cubierto por las gafas de sol y por el pasamontañas. He pensado en las amapolas moradas y las he imaginado zarandeadas y deshojadas, pero me esperaba un mail de mi amigo Jesús, en él me decía que mis adoradas amapolas habian resistido, ahí en ese valle escondido entre las cartuja y la Fuente de Potrillos.

 
   No esperaba otro vendabal, otro huracan como el de los ultimos meses y he regresado despues de 40 kilometros cansado y con algo de frio, he vuelto a la cocina y mientras ponia otra cafetera he vuelto a oirlo bramar y silvar entre las juntas de las ventanas, bajo las puertas..., como queriendo entrar en la casa, como queriendo invadirla, como queriendo apagar las llamas azuladas que calentaban el aluminio. 
   
  

3 comentarios:

Jesús dijo...

Hola Pedro,
Yo subí al mirador de la Pedrera, que aunque no te lo creas no conocía todavía. Después deshice mis pasos y subí hasta la fuente de Potrillos.
Las amapolas siguen allí y seguro que saldrá todavía alguna más, pero para hacerles la foto me las vi y me las deseé.
Acabé más o menos como tu, agobiado y hasta con dolor de cabeza del viento tan fuerte y tan frío...a ver si empezamos la primavera ya de una.

Dorita/Alh. dijo...

Hola Bicitronco, ese vendaval seguro que queria entrar, al llegar el aroma del café a su olfato! jejeje
Por aquí también sopló, y aunque no muy fuerte, si venía fresquete.
Abrazo.

Pedro Bonache dijo...

Jesús..., me gustó que le hicieras fotos a las amapolas y que hallas descubierto el mirador de la Pedrera, en esa cantera habian fosiles.
Dorita...,pues el vendaval se quedó sin ese café, que era mioooo...¡¡¡¡, je, je, je. La verdad es que ya estamos algo cansados de tanto viento.