La manada y yo paseamos el viernes por la tarde y pude sentir el aroma y
la tibieza de la primavera envolviéndome, la atmósfera estaba quieta, los pinos
no eran azotados por los brutales vientos de este invierno y los asfódelos se
elevaban floridos y espigados. Sonreí sin dejar de caminar, sin dejar de
observar las idas y venidas de los chuchis
y continué observando a mi alrededor y aspirando el aliento del campo, de todos
los aromas que escapaban de sus flores.
Al día siguiente pedaleé hacia Potrillos con la Bicipalo, pedaleaba
tranquilo y en solitario. Empecé a remontar la pista dejando la cartuja de
Porta Coeli a mi izquierda y volví a mirar hacia los campos de olivos
abandonados y me encontré con unos prados que habían perdido el gris del
herbazal muerto y que brotaban verdes, intensos y llenos de vida. Pude sentir
esa vida cuando me adentré y empecé a sentir a todos esos tallos rozándose
contra mis piernas, cuando alguna garrapata se colgó de mi vello imaginándome
una oveja, un zorrillo o un galgo y cuando el zumbido de los insectos penetró
en mi mente alejando el resto de los sonidos.
El prado era un universo vivo, intenso, hermoso, bello, conmovedor…,
allí hervía la vida y las abejas volaban de una amapola a otra, volaban en
torno a mi y cada vez que pasaban cerca de mi orejas podía oír todos y cada uno
de sus nerviosos aleteos.
A mi alrededor todo era naturaleza dejada brotar libremente, ninguna hoz
segaba esas hierbas, ninguna cuchilla decapitaba los tallos y ningún arado
volteaba la tierra…, homo había abandonado esos bancales de olivos y la vida
brotaba en ellos para mis ojos y mis sentidos.
He vuelto a montar y he continuado ascendiendo hacia el Rincón de la Miseria, hacia la Font del Llentiscle, hacia el cruce de Rebalsadores y desde allí por fin me he
podido dejar caer, por fin he podido recuperar el aliento y la sonrisa ante los
hermosos horizontes azules, ante la visión del Camp del Turia y de los macizos
amarillos.
5 comentarios:
Es una explosión de vida Pedro.Ya pasó el temido invierno,y en el fondo de nosotros volvemos a sentir que hay esperanza,que la energía vuelve a fluir y que como esos prados podemos volver a resurgir de nuestras propias cenizas.
un abrazo.
Siempre he creído que las amapolas son del mes de mayo.
Muy bonitas las imágenes que nos traes hoy y como sugiere Oscar, debemos buscar la esperanza y la energía para "volver a resurgir", así como lo hace la Naturaleza, con cada primavera; somos parte de ella.
Gracias y un fuerte abrazo !
Oscar, Marga....,los tres coincidimos, atrás ha quedado el invierno y vemos como todo parece despertar lleno de energia y de vida..., y el prado era eeso. Es que me encan los prados en esta epoca del año,tienen algo especial y con tan solo mirarlos me siento bien.
Joder Pedro, así como lo narras de bien hasta lo de la garrapata parece bucólico y todo.
Decirte que yo el sábado hice exactamente la misma ruta. Sobre las 9:30 estaba en Potrillos...me irías pisando los talones.
Espectacular el día que nos hizo.
Jesús, suscribo tu definicion del día "espectacular"..., todo era divino..., ¡¡¡¡ incluso las garrapatiñas, con sus patiñas y su abdomen elástico....¡¡¡¡¡,juasss.
Ah y por la hora desde luego estariamos muy cerca el uno de otro.
Siempre en la serranía.
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