Las afilaba como si fuesen enormes pedazos de silex o de pedernal, recortaba sus bordes y les daba forma aguzada, como una de esas prehistoricas hachas de mano o como bifaces, como raspadores.
Remontaba como siempre, por el Campillo y a veces las rafagas se enfurecían y vociferaban en mis oídos, pero yo negaba con la cabeza diciendo.
- No me vais a enfadar..., podeis soplar todo lo que querais.
Como si el viento tuviese vida propia, como si fuese un ente capaz de robar el sol y de llenar la atmosfera de un triste y metalico gris, como si fuese capaz de afilar las nubes o de pegarlas contra la boveda del cosmos.
Soplaba con fuerza y me permitia ver unos horizontes nitidos y cristalinos, de nuevo el Golfo de Valencia surgía límpido y casi al alcance de la mano, la Albufera allí mismo y una nube de humo que el viento tumbaba sobre la tierra.
Miré hacia los bordes de la pista, pedaleando con la cabeza gacha y sin enfadarme con Eolo, busqué a los valientes lirios azules y volví a murmurar.
- Este año os haré las fotos con la reflex..., como os mereceis.
Y mas arriba, alcanzando el Collado de la Moreria..., sopló fuerte y rabioso, pero volvi a sonreir y me lancé hacia la Font de la Gota, allí abajo el huracan amainaba, en incluso un pedazo de cielo azul fue capaz de asomar entre esas nubes que el viento afilaba.
2 comentarios:
Y los Lirios, no los encontraste? En tu próxima ruta será, porque ya los hay en flor, ya los podrás captar con tu réflex!
Por cierto, el padre de mis Barzois se llamaba Eolo, nombre muy apropiado para un Galgo verdad?
Bsssss
Dorita, vi las matas resecas de los lirios, algo que me extraña, pero bueno. De todas formas aquñi aún es pronto, recuerdo que en febrero, cuando falleció papá encontré algunos, pero igual no tardan porque las temperaturas estan bastante altas ahora mismo.
Eolo....., veloces como el viento, ¿eh Dorita...?
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