De niño desconocia que las montañas azules eran la Sierra Calderona, me atraía de ellas su azul, ese color tan raro para unas montañas, porque el monte que me rodeaba en mis andanzas con la BH o cuando buscaba escorpiones, no era azul. El bosque era mas bien palido y de colores apagados, salvo cuando llovia en el invierno y descubría alguna umbria iluminada por el vivo verde de los esponjosos musgos. Recuerdo que en esos momentos sonreía y los tocaba, me gustaba contemplar el manto verde y brillante, mullido y humedo, el tacto era tan distinto a la piedra que emergía por los caminos.
Y ya de mayor he descubierto que la Sierra Calderona es roja, del color
del rodeno que constantemente brota de entre la roca gris sobre la que
se alzan los basamentos de Revalsadores o de entre cualquier rincon de
estos montes.
Pedaleaba huyendo del viento enfurecido, rodeando precisamente esos rocosos basamentos cuando los marches
de rodeno se han llevado toda mi atención, poco a poco he dejado de dar
pedales y he contemplando el murete que se alzaba a escuadra, con sus
piedras encajadas sabiamente unas entre otras, delimitando los campos,
conteniendo la erosión en las laderas del monte Armenia y hablando de
otros tiempos, de otras epocas en las que la Sierra Calderona estaba
ocupada por gentes de vivían de ella con un mimetismo casi heroico y al
ritmo que marcaban las estaciones, el paso humano o el de las
caballerias.
2 comentarios:
La tierra roja mil veces recorrida...
Oye Pedro, ¿donde es eso del monte Armenia?...tantos años y no conozco ni un 20% de la sierra.
A ver si nos vemos. Esta semana no he salido. Mis protusiones discales han despertado de su letargo y están dando guerra. Espero estar decente para el finde que viene...a ver si para el viento.
Hola Jesús...., pues el monte Armenia esssssss.................., Revalsadores..., creo que los monjes de la cartuja gustaban de llamarlo así, ¿a que mola...?.
Entonces las discales han despertado, joer que mal rollo, bueno Jesús, pues paciencia y poco a poco..., y ojala te escuchen los dioses y el viento amaine.
Un abrazo..¡¡¡¡
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