Ala Quebrada...., un vencejo que casi se arrancó el ala contra el cable anclado muy cerca de la junta de dilatación donde dcidió anidar, desde entonces,día tras día lo esquiva para poder alimentar a su polluelo.

sábado, 14 de mayo de 2011

VISTO POR MIS OJOS, ESCUCHADO POR MIS OIDOS, PERCIBIDO POR MIS SENTIDOS en "Diario de Homo"

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Hoy un zumbido intermitente me ha recordado a los mese de hospital, sonaba y sonaba…, era un avisador en la caja central de un gran supermercado, yo estaba comprando comida para Norton y Mia…, y lo escuchaba mientras esperaba en la caja. He sentido un escalofrío y he podido ver la habitación, he reproducido ese sonido y he escuchado la voz de alguna cuidadora avisando, la voz de alguna enfermera contestando, el quejido de algún paciente, el silencio de mi padre. He recordado las tardes y los ocasos en la habitación, los amaneceres lluviosos o despejados, a las formaciones en V de las gaviotas que amanecían en los astilleros y volaban hacia los vertederos, para por las tardes regresar satisfechas al puerto en esas pequeñas migraciones diarias. Las observaba y suspiraba, miraba a mi padre y volvía a escuchar ese sonido intermitente, el avisador…, hasta que me ha llegado el turno de pagar, pero ha sido tan intenso, ha despertado tantos sentimientos.


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Vencejos, aviones comunes, algunas golondrinas y gaviotas urbanas.

Los días van pasando y poco a poco voy respirando, todas las noches me acuesto junto a la cama vacía de papá, a veces duermen sobre ella Pepper y Cecil y yo duermo casi ininterrumpidamente y por las mañanas, cuando salgo del portal alzo la vista hacia el cielo…, pero incluso él, incluso el cielo del amanecer parece triste y como cansado.

Camino hacia la carpintería en medio de un silencio anómalo, oyendo apenas algunos de los chillidos de los vencejos, incluso ellos parecen apagados, tampoco percibo el rumor del tráfico y el tiempo parece discurrir lento, la energía parece disiparse hacia ningún lugar.

Abro mi pequeño taller, el taller del viejo ebanista y veo a Duna y a Run-run, después echo un vistazo a la libreta de pedidos, después a los libros de cuentas y veo como los números no mienten, los números es lo mas diferente y distante a un político…, no puedo evitar pensar mientras las maquinas siguen mudas y silenciosas…, pero siempre hay algo que hacer, algún pequeño pedido que entregar. Trabajo un rato y luego vuelvo a subir a casa para bajar a pasear a Pepper y a Cecil.

El viejo cauce me relaja, observo a los aviones comunes, a las recién llegadas abubillas, charlo con algunas conocidas que pasean sus perros y en el cielo vuelvo a descubrir a algunas de las grandes y poderosas gaviotas que ya ni vuelan hacia los vertederos. Las veo planear entre las fachadas de los edificios y pienso que ya no son las aves emblemáticas de los puertos, de las playas, de la costa…, parece que ya nada es igual.


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La Sierra Calderona abandonada…, asfalto, carretera, ruedas finas. Politicos, la inmoralidad, la trinchera en los ojos, el radar infame de la Guardia Civil.

Hace casi un mes que no salgo con la Bicipalo, hace casi un mes que envié a reparar su amortiguador trasero y sigue sin llegar, desde entonces salgo con la Flaca, hago carretera y sigo viendo cosas, ya no veo las fuentes ni veo a la sierra despertar de su silencio invernal.

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La veo desde el asfalto, la veo cuando trazo la rotonda antes de adentrarme entre las calles de Burjasot. Como un islote entre los últimos campos de huerta, sin edificaciones recortando los horizontes…, puedo contemplar la línea de la Calderona desde Gatova hasta su declive hacia las playas de la costa. A veces y mas por esta época del año, me encuentro con los cúmulos que crecen sobre ella, veo sus enormes y bulbosas paredes blancas y sus barrigas planas y de un inquietante azul oscuro. Son tantas visiones, es tanto lo que veo y lo que vemos a lo largo de nuestra vida…, recuerdo que también he distinguido la lluvia sobre ella, las cortinas, los velos de agua, incluso he llegado a pedalear sobre la línea de la lluvia, ahí donde terminaba el chubasco y lucia el sol.

Pero termino de girar y cuando entro de nuevo en el casco urbano descubro los primeros carteles, las primeras pancartas que anuncian las elecciones municipales. Observo fugazmente esos rostros, algunos demasiados jóvenes pero todos sonrientes, todos asegurando que sus ideas son las mejores, todos dando palmaditas en nuestras espaldas asegurándonos que nuestras vidas serán mejores.

Sigo pedaleando y me pregunto si no se dan cuenta de la inmoralidad y falsedad de sus promesas, de sus frases, de sus palabras, de sus propias sonrisas…, la inmoralidad de sus propias existencias cuando son capaces de afiliarse en un partido y de medrar en él con la idea obsesiva y enfermiza de que sus ideas son las únicas válidas.

Paro en el paso a nivel y de nuevo observo los pasquines, el papel está pegado sobre chapas de tablero de unos tres milímetros que me vendría muy bien para la carpintería…, durante unos instantes la idea de robarlos todos me hace sonreír y delirar, hasta que pasa el metro, se levantan las barreras y me adelanta un autobús con un slogan decorando su trasera…, no puedo creer lo que leo en valenciano “el vot a l,asquerra fot a la dreta…”, algo así como “el voto a la izquierda jode a la derecha”.

De nuevo las trincheras de la Guerra Civil en los ojos de la gente, de nuevo las obsoletas facciones de la derecha o la izquierda aflorando en unas elecciones, de nuevo un slogan incendiario, infame y que se apoya en la negación sectaria e irracional, en la ausencia de reflexión, en la ausencia de critica, en el analfabetismo mental de quienes votan sin haber leído por encima los programas electorales.

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Ya de vuelta me desvío por el barranco de Carraixet y en su cauce vuelvo a deleitarme con los mares de cañas, con su movimiento al compás de la brisa intensa de levante, la misma que en la costa envía y empuja a miles y miles de olas y que aquí, comba y mece los cañares, que agita las adelfas y que mantiene en el aire al cernícalo que descubro en las alturas, entre nubes que parecen deshacerse en lluvias que jamás tocan tierra. También escucho un chasquido continuado muy cerca de mi oreja…, es el chopo junto al que he parado el que chaquea sus hojas azotadas por la ventisca marina, vuelvo mis ojos hacia ellas y un universo verde se agita ante él, no logro distinguir a las que emiten ese sonido tan refrescante, tan natural hasta que las veo y sonrío, las dos hojas se golpean una contra la otra sujetas por el fino tallo, hasta que amaina un poco la brisa y dejan de tocarse.

Atravieso el polígono silencioso y desértico de L,horta Vella de Bétera y descubro a un monovolumen de la Guardia Civil subido de malas maneras a una de las isletas de la rotonda.

Remonto el puente sobre los raíles del metro y por delante, frente a un edificio en el que se desarrolla la prostitucion…, curiosamente, hace bastantes años, cuando era restaurante, mis padres celebraron allí el banquete de mi comunión, observo a un Citroen azul marino parado en el arcén con las luces de emergencia encendidas, con el triangulo de avería colocado, con el portón trasero levantado, incluso puedo distinguir el aluminio de dos tumbonas playeras asomando por el maletero…, lo rebaso, giro la cabeza y descubro también la antena cónica del radar asomando por la parrilla delantera.

Vuelvo a quedarme estupefacto y vuelvo a sentir asco ante el teatro montado por los Guardias Civiles, me parece tan triste y tan rastrero, tan ridículo, tan inmoral…, tanto que decido hacer señales con la mano avisando del infame rádar a los vehículos que me cruzo, se que es ilegal, se que está penado pero no me parece admisible tender trampas a los conductores para hacerles caer…, de hecho, ellos mismos, los guardias civiles están cometiendo un delito, a mi parecer, al fingir una avería en la vía publica.

Sigo haciendo las señales con la mano hasta que me adelanta un todoterreno de la Guardia Civil, un antebrazo se asoma por la ventanilla y después la cara de un guardia…, me invade el pánico y sigo pedaleando, pensando por donde escapar, pensando por donde desviarme.

2 comentarios:

Tapestry Workerman dijo...

Joder Bicipalo!, no me dejes así!.
¿Pero te pararon, o sólo sacaron la mano para saludar?.
Estoy contigo en que deberían dar la cara en vez de elucubrar maldades para recaudar... son casi peores que los reporteros de boda.
Un saludo y ánimo.

Pedro Bonache dijo...

Tapestry...¡¡¡¡, ¿como vas...?, pues creo que no pararon porque llevaban tres coches detrás y no era cuestion de frenar en seco y tampoco se pararon en ninguna de las tres rotondas que me quedaban por pasar.
Esta claro que debemos cumplir la ley, pero me pareció tan patetico. Imagino que serán nuevas directrices, cazar y cazar...., curiosamente en esa carretera hay un tramo de catalogado como punto negro, curiosamente nunca he visto colocado el radar en ese tramo, alguna muerte se podría haber evitado, ¿no...?.
Un abrazo Tapestry.