Incluso el fresco de la mañana empieza a ser distinto, es menos intenso y ya no hunde sus colmillos de hielo en las mejillas, algunos aromas empiezan a flotar en esa atmosfera limpia del amanecer y las avecillas alborotan con las primeras luces, revoloteando bajo el alero o saltando entre ramas repletas de verdes yemas.
Pensé en ellos, en los lirios que brotan todos los años en la curva del Campillo o en la cima del monte Armenia y despues del paseo con la manada pedaleé hacia esa curva, mirando hacia los taludes rocosos, buscando los colores azules de esos lirios que siempre se adelantan a la primavera y que siempre brotan antes que las estepas.
Y allí estaban, no eran muchos, apenas media docena que habian florecido pese a la sequedad del invierno. El ciclo de laVida se repetia ante mis ojos y la Calderona empezaba a vestirse de colores.
La naturaleza despertaba e incluso descubrí a una manada de bisontes que sesteaban en el pedregoso lecho del barranco de Carraixet, aún con el pelaje invernal, fue impresionante.
4 comentarios:
Por fin las captaste!
Buen finde en la Calderona.
Bss
Si Dorita, si..., ya estan aquí los lirios ahora solo faltan que lleguen esas avecillas que tu y yo conocemos.
Ya escampa, ya!!
Mis huesos también empiezan a agradecer el cambio ;)
Por cierto, me has tenido buscando bisontes entre la maleza...
Asi es Tapestry, ya parece que el sol brilla intenso y caliente. ¿Y no has visto los bisontes...?,seguro que si, je, je,je.
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