(video)
Si pinchais en la foto vereis un sencillo video, la idea era captar el canto de las avecillas. |
Hoy he salido pronto a pedalear y quizás por eso me he cruzado con él. El zorro ha salido por mi izquierda, ha cruzado la pista de tierra y se esfumado entre el monte bajo, entre los pinares que reverdecían al amanecer, que destellaban con sus agujas decoradas con miles de gotitas de agua.
El zorro me ha hecho sonreir, me ha hecho sentir como siempre, como un privilegiado, como alguien especial, como si yo fuese el único capaz de ver a los zorros o a los vencejos, como si fuese el unico capaz de escuchar los cantos que flotaban en la Font del Berro.
Entre trago y trago de ese agua que la serranía dejaba escapar, los escuchaba, incluso me ha parecido percibir el repiqueteo de algún pajaro carpintero, de algun picapinos. Hubiese deseado que ese momento se eternizase.
Incluso me ha sabido mal volver a montar, volver a ponerme el casco y empezar a descender entre la revirada pista que baja hasta el cañón de la Vigueta, pero no he podido evitar volver a echar pie a tierra para escuchar el sonido de las torrenteras, por ellas descendia una agua clara, fresca y pura. Emitía un arrrullo relajante, un murmullo que de nuevo me hacia sonreir y que de nuevo despertaba esa sensación ya obsesiva de soledad, de leyenda, de ser la unica persona que percibia el gorjeo del torrente estacional.
He observado el discurrir del agua cristalina y he pensado en el verano, en el silencio de la agostada y en la tierra reseca y apagada.
2 comentarios:
Zorros que se te quedan mirando fijamente, comadrejas que se te cruzan, parejas de águilas perdiceras, piedras de infinitas formas y colores, nubes que corren a su ritmo, la cascada en La Gota, lirios, amapolas de colores psicodélicos, mares de asfodelus, el sofá de piedra del Berro, el agua manando de Potrillos y mil más.
Esos momentos son los que cuentan Pedro.
Como bien sabes me siento (una vez más y van...) plenamente identificado.
Un abrazo.
Un precioso comentario Jesús, por cierto tambien me fijé en la cascada de la Gota, que gozo, ¿eh...?. Son nuestros momentos, por cierto,creo que remontando por el campillo, nada mas dejar a la izquierda la pista que sube a la Vella, creo que vi dos picapinos volando de un pino a otro.
Un abrazo Jesús...¡¡¡¡¡
P.D. Los vencejos están tardando demasiado en empezar los cortejos,por lo menos en mi calle.
Publicar un comentario