En otoño la luz es distinta, el sol se eleva poco y parece que siempre te esté mirando a los ojos, es un sol que rasea, que alarga las sombras, que deja la humedad en las humbrias y que convierte a las gotitas del rocio en auténticos diamantes.
Paseando por los jardines del viejo cauce del Turia te puedes encontrar con ese otoño que entre las calles de hormigon y asfalto apenas si se deja ver, pero ahí abajo y encajonado entre los altos pretiles aún se puede percibir la llegada de la estaciòn, aún se pueden ver a las setas de chopo creciendo vivaces de entre los tocones de los chopos talados. Una vida efimera, porque tarde o temprano la chiquilleria terminará con ellas a patadas, puede que por eso les hice las fotos, por lastima, aunque mas tarde descubrí sonriendo que mis tristes augurios no se habian cumplido, cuando volví a pasear por la tarde con Cecil y Piper, descubrí el rastro de alguien que sabia que esas setas, que las Agrocybe aegerita, eran unas setas comestibles y las habia cortado a navaja.
Continué el paseo, casi como reconfortado y echando miradas a la hojarasca que parecía jugar a pillar entre las rafagas de un viento frio y mordedor que provocaba tiritones en los pequeños pincher.
5 comentarios:
Preciosas fotos !
Salu2
Gracias Doritaaaa...¡¡¡¡, los 2 megapixeles de mi prehistorico móvil aún dan buenas fotos....,pero la naturaleza es tan hermosa...
Gracias por indicarme este blog tuyo! No lo conocía y me encanta.
Este post es estupendo, el viejo cauce con sus jardines y sus colores y la blanca luz de Valencia.
Gracias !
Bienvenida Margaaa....¡¡¡¡¡, es que pienso mucho en tus post, en como investigas y desmenuzas la historia de esta tierra. Pues si, estos jardines se han convertido en mi otro mundo y todos los días bajo dos veces a paseara los pequeños pincher de mi hermana y adoptados practicamente por mi. He vivido hermosos momentos, como ese dia que una golondrina me rozó con su ala....,inolvidanle Marga.
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