La rotonda de cristal, la luz roja, el instinto.
Crash….¡¡¡, el impactó resonó por el interior del caso, durante décimas de segundo imaginé mi sien resquebrajada contra el cristalino asfalto de la rotonda, imaginé mis pómulos hundidos y la mandíbula fracturada…, , pero era el casco integral de la autoescuela el que cubría mi cabeza y no mi estiloso jet Vintage. Después vi a la moto caída sobre su costado izquierdo, resbalando, arrastrando sobre ese asfalto que reflejaba la luz de un sol tímido, casi gris…, de la fresca mañana. Me sorprendió como se deslizaba sin parar hasta que quedó quieta, inmóvil y muda en medio del amplio circulo repleto de semáforos y de coches que se habían quedado petrificados ante el deslizar de la naked verde y blanca, sin piloto
Cuando levanté la cabeza reconocí la cara del monitor frente a mi.
- ¿Estas bien, Pedro…?.
A través de la visera pude ver la preocupación en su rostro, alrededor de esos ojos azules que asomaban bajo unos parpados algo caídos.
- Creo que si.
Me ayudó a levantarme, me dolieron las rodillas y me tranquilicé al poder mantenerme en pie…, pero en medio de un temblor y de una asfixia, de una falta de aliento que comenzaba a llenarme de angustia.
El alumno que nos acompañaba en el coche recogió la moto y nos apartamos.
- ¿Qué te ha pasado, Pedro…?.
Antes de responder volví a ver en mi mente las luces rojas del semáforo a la salida de la rotonda y después volví a oír el golpe en el casco cuando la rueda delantera deslizó aprisionada por las pinzas de freno.
- No se, imagino que demasiada información en poco tiempo…, he visto las luces rojas y supongo que he frenado bruscamente con el delantero.
- ¿Y como estas, quieres subirte al coche…?.
- Estoy que me tiemblan las piernas pero si no termino la práctica no se que pasará.
- ¿Seguro que quieres seguir, Pedro…?.
- Si.
El sueño.
Hace unos días soñé que conducía una moto que no era Run-run, iba con un compañero al que tampoco reconocí en el sueño. Conducía una “R”, una de esas motos de carretera, carenadas y rápidas como galgos…, nada que ver con mi pequeña custom.
Daba una curva muy amplia sin ir demasiado deprisa cuándo empecé a encontrarme con piedras que habían caído de un camión bañera, vi como mi compañero caía, yo esquivaba unas cuantas y al final también chocaba y me iba al suelo. Antes del primer golpe era capaz de decirme a mi mismo, “tranquilo, sentirás el primer golpe, después serán tantos y tan seguidos que ni te enterarás, después a esperar a que alguien llame a la ambulancia con un móvil y ya está". Sentí el primer revolcón, otro, otro…, hasta quedar inmóvil sobre un campo. Pasaron los minutos, pasó el tiempo…, y volvía a hablarme, " aquí no viene nadie, habrá que levantarse por uno mismo…”, lograba incorporarme sin demasiado dolor, sin demasiadas heridas salvo en los pies…, las botas habían desaparecido lijadas y asomaban mis esperpénticos dedos de los pies algo magullados y sin rastro de las punteras y ni de los calcetines.
Terminé la practica y cojeando monté sobre Run-run, me puse el casco jet Vintage y durante unos metros rodé tras el coche de la autoescuela y del alumno que pilotaba la naced que yo había usado antes.
Suspiré y aceleré, cambié a segunda, volví a acelerar y cambié a tercera…, las rodillas me iban doliendo mas, el tobillo también…, pero volvía a montar, a ir en moto pero lamentándome de que esa tarde y en unos cuantos días no podría montar ni en la Flaca ni en la Bicipalo…, incluso temí por el encuentro del día 31 en Cocentaina.
8 comentarios:
Me preocupa leer esto, pero ¡bravo por levantarte y seguir! Sí, xiquet, hay que levantarse por el propio pie, aunque a veces se anhela a rabiar una mano tendida...¡Bravo por tener miedo de perder esa cita que te ilusiona! (aunque no es bueno temer demasiado nada) Cuando de verdad te importa algo, te levantas, por mucho que duela. Te llamaré a ver cómo estás.
Ay...¡¡¡¡, xiqueta, realmente no se si me he levantado del todo, je, je, je..., porque cojeo..., pero ¿sabes...?, lo que me sorprende es que la "voz" no ha despertado, el muro sigue aún enterrado, ya sabes....
¿Levantarse dices, niña...?, yo conozco a una que se levantó para correr la Volta al Terme..., y ganó.
Molts besets, xiqueta bonica.
Siento interrumpir, jejeje, pero vamos no te pierdes Cocentaina aunque tenga que llevarte en la Pequeña Estrella Blanca.
¿Ir de copiloto en tu Pequeña Estrella Blanca...?, hummm..., serían 100 km agarrado a ti, a tu torso..., que no a las frias asideras..., je, je, je.
Bueno, mañana intentaré salir con la Bicipalo..., pero bueno, Run-run es muy comoda y a priori no creo que tenga problemas..., Joa también se ha ofrecido..., que mujerrrr...¡¡¡¡.
¡Valgamé, bicihomocaidodelamoto¡
pero hombre, eso se avisa y hubiera enviado a Dulcinea a socorrerte junto al Hidalgo Caballero andante,para subirte a la grupa de su montura para rescatarte del duro asfalto.
Cachis en las runrunes extrañas..Es lo que tienen, que desconocen al montador y salen despavoridas.
Pasearé al galope por aquí a ver que tal andas.
Besicos.
La runruna extraña no salió despavorida, mi señora, mas tiré de sus riendas con demasiada fuerza y sus cascos resbalaron sobre las adoquinada replaza, para pasmo, susto y risa de algun descarado, que no vi, pues bastante susto tenía, por mi y por la yegua, con sus patas arriba y su grupa al suelo.
Volví a montar, acariciando sus crines y tomando sus riendas con dulzura y apretando mis piernas al costillar, no por no caer, si no por parar al baile temeroso que las ajitaba.
Y sin mas, aquí termina la historia del BiciHomocaidodelamoto
Hola Pedro:
Bienvenido a la cofradía. No eres buen motorista hasta que te has caido, como los cocineros que deben cortarse el dedo alguna vez. Y además hiciste lo correcto, volver a montar a pesar de los dolores. Si lo dejas, no vuelves a tocarla.
Un abrazo.
Josep Julián...¡, me alegro de verte. Pues si, ya estoy desvirgado y sorprendido de no haberlo dejado..., por cierto, he aprobado el examen de circulaciónnn...¡¡¡¡, ya puedo empezar a restaurar la Virago 535. Run-run ha cumplido su ciclo, pero no su papel, en ciudad va muy bien..., pero para la futura carretera, la Virago.
Un abrazo muy fuerte, Josep, pero que muy fuerte.
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