En invierno deseamos la luz del sol, deseamos que sus rayos nos aporten calor y vida, y esta mañana era ese mismo sol quien despertaba calidamente al pinar tras la helada negra, esa que cae cuando ese cielo despejado, que tanto anhelamos en el invierno, deja escapar todo ese calor y el aire frio cae a plomo contra el bosque y contra los cultivos. Se condensa en forma de miles de gotitas de agua y apenas un par de horas antes del amanecer, se congela hasta quemar las hojas..., se quedan oscuras y marchitas, negras...., como la helada negra.
Pero si el dia amanece despejado, el sol se precipita sobre esas agujas de hielo que han lacerado a las plantas y las va fundiendo creando bancos de brumas que emborronan el bosque y que lo envuelven en una fantasmagorica luz.
Aunque siempre hay umbrias en las que las agujas de hielo permanecen hasta bien entrado el día, son manchas blanquecinas que maquillan el rodeno de la Sierra Calderona y que siempre me hacen sonreir.
4 comentarios:
Preciosas fotos jugando con la luz! Luego me hace gracia el 'porta-bici' que montaste jejeje. Lo has guardado en su sitio al marcharte ¿no?.
Besicossssss
Je, je, je, que bueno, ya nos vamos conociendo y sabia que me dirias del montoncillo de piedras, bueno, que realmente eran dos.... y si carinyet, despues las aparté del camino, bssssssss
Que los quitaste; tranqui, no lo dudé ni un momento, y sabia que eran dos, porque puse la foto a toda pantalla para ver bien el juego de luces, precioso.
Bsssssss
Helada negra...el nombre le va al pelo. Yo salí el domingo y toda la zona de la Gota al Berro estaba con tramos con escarcha... los 10 deditos helados se me quedaron.
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