.
Cheryl Dinges, la mujer que reposa su cabeza sobre el hombro de se hermana no sabe si es portadora del gen de la FFI, su hermana lo posee, pero prefiere seguir viviendo, seguir durmiendo hasta el día en que ese gen se lo impida....., si es que llega a ocurrir, prefiere vivir sin esa ansiedad.
.
Hace unos siete años tuve que volver a dormir junto a mi padre, él en su cama articulada y yo a sus pies…, acababan de darle el alta en el Hospital General de Valencia, unas dos semanas después de que sufriese el ictus y regresábamos a casa.
Las dos primeras noches fue mi madre la que durmió en la misma habitación, pero al tercer día acumulaba tanto sueño que andaba por casa aturdida y desorientada que decidí cambiarla de habitación, desde entonces pasamos las noches juntos, me levanto un par de veces a cambiarle el orinal durante la noche, a veces le contestó cuando lloriquea en sueños y llama a su madre, para que se tranquilice y a veces, nada mas dejarme caer en la cama y suspirar caigo en un sueño profundo y placentero, mi organismo se entrega al sueño y duermo profundamente sin oírle, sin cambiarle el orinal, sin despertar súbitamente si no oigo su respiración o algún movimiento de su cuerpo hemipléjico.
Duermo y durante esas horas dejo de existir, mi organismo se repara y despierto lucido y despejado…, un privilegio y una bendición después de leer el articulo publicado por D. T. Max en el numero de mayo del National Geographic y después de enterarme de que existe un gen, que es activado por ciertas proteínas denominadas priones capaces de influir en el tálamo y capaces de provocar un insomnio letal, la llamada FFI (Insomnio Fatal Familiar).
En el articulo leo que esta enfermedad no tiene cura y que finalmente el paciente muere por falta de sueño, por no dormir…, por no poder entregarse a ese sueño al que yo me entrego cada noche, junto a mi padre, pese a sus toses, pese a los continuos despertares a media noche.
No sabemos que es el sueño, tampoco por que dormimos y tampoco por que morimos si no dormimos.
De la mano del periodista del National descubrimos que el sueño y sus mecanismos son los grandes olvidados de la medicina y de los investigadores, de los mismos estados que apenas si destinan fondos a la investigación de los trastornos del sueño, imagino que porque la inmensa mayoria de las personas desconocemos la terrible fatalidad de la falta de sueño…, la muerte.
.
.
En los años ochenta el profesor Rechtschaffen ratificó este increíble final en un experimento bastante conocido, sometió a un grupo de ratas a una peculiar tortura, las obligó a permanecer despiertas sobre unos platillos apoyados sobre un eje. Cuando los roedores se dormían y dejaban de hacer equilibrios se precipitaban a una pequeña piscina, despertaban con el chapuzón y el profesor volvía a colocarlas sobre el plato de equilibrios.
Al cabo de unas dos semanas todas las ratas habían muerto…, y fue el propio Rechtschaffen quien realizó la autopsia, imagino que esperando encontrarse con las huellas físicas de la muerte, pero no halló nada anormal, todas las vísceras tenían un aspecto normal, igual que el cerebro…., simplemente habían muerto por fatiga, por no dormir.
Y hoy en día, casi veinte años después, los investigadores siguen poniendo la misma cara, pese a los avances tecnológicos siguen sin saber curar el insomnio, siguen sin saber a ciencia cierta como se produce y siguen ignorando porque necesitamos dormir, solo saben que si no dormimos morimos.
En el articulo de la revista se apuntan teorias sobre la función del sueño, se habla que durante esa fase se fijan ciertos conocimientos y se desechan otros, se sugiere que el cerebro “desconexiona” algunas sinapsis que ya no se usan o que han sido sustituidas por otras conexiones. No obstante, también se sabe que hay ciertas células que solo se activan en la oscuridad, durante el sueño.
A mi me gusta pensar que durante el sueño nos “reparamos”, que es el momento en el que el consciente apoyado en la razón se “suelta”, el momento en el que dejamos de estar alerta, de estar al acecho, de estar receptivos a todo aquello que reciben nuestros sentidos, a todo aquello que vemos, oímos y sentimos. Desaparece el concepto de la competitividad, cesan los celos y el odio, nuestra mente deja de hacer proyecciones, de mentir y de conspirar, de imaginar y de adivinar…, ahí entre las sabanas nos convertimos en mamíferos indefensos, presas fáciles de cualquier predador que nos acechase hace miles de años, cuando acabábamos de dejar el dosel selvático para bajar a la tierra de la recién aparecida sabana, para recolectar, para carroñear, para beber agua de los charcos y fuentes…, aunque cuando llegaban las sombras de la noche volvíamos a subir a los árboles para prepararnos un “nido” en el que dormir a salvo de los cuadrúpedos.
Imagino que aquellos ancestros se dormirían viendo las estrellas, escuchando los pasos y los rugidos de los predadores…, hilvanando alguna conversación entre ellos, hasta que el sueño les vencía, entonces se quedarían quietos, inmóviles allí arriba hasta que las luces del alba penetrarían a través de la fina piel de los parpados y despertaban de una forma natural y progresiva…, no existían los cambios horarios ni los despertadores, tampoco los turnos nocturnos ni los programas de televisión de madrugada…, todo era natural. Aunque realmente todo comenzó a cambiar hace unos 200.000 años, cuando homo logra dominar el fuego y descubre que puede mitigar esas sombras, esa oscuridad que inducía al sueño.
Hoy en día hemos alterado esos ritmos circadianos que regían los periodos de vigilia y sueño, la noche ya no existe en las ciudades, siempre hay luz y escaso silencio.
Si no dormimos lo suficiente nos emborrachamos de fatiga.
El investigador Charles Czeisler, responde a las preguntas de D.T. Max y llega a afirmar que permanecer sin dormir 24 horas o durmiendo unas cinco horas por noche durante una semana tiene los mismos efectos que tener una tasa de alcohol en sangre de un gramo por litro.
Czeisler habla visiblemente indignado de los efectos que produce este estado de fatiga y embotamiento mental. Cita unas escalofriantes estadísticas médicas tras entrevistar a 2700 residentes médicos, basadas en los efectos de las guardias de 30 horas dos veces por semana. Afirma que uno de cada cinco residentes admitía haber cometido errores por cansancio que habían provocado daños a los pacientes, pero uno de cada 20 admitió haber cometido errores por las mismas causas que terminaron la vida del paciente, es decir, que causaron su muerte.
Cita también el coste de este estado de embriaguez para la sociedad y para las mismas personas, desde gravísimos accidentes aéreos hasta los cotidianos accidentes de tráfico, pasando por la siniestralidad laboral…, costes, que el periodista comenta al comienzo del articulo, que parecen pasar desapercibidos para los gobiernos, pero que sin embargo si la tiene en cuenta la industria farmacéutica que, curiosamente dedica el mismo dinero en las campañas anuales de sus somníferos que los gobiernos a la investigación de las alteraciones del sueño. De alguna forma apunta que estamos entregados por completo a lo que las corporaciones farmacéuticas diseñen para que podamos “medio-dormir”, siempre por medios químicos, adictivos y que pueden llegar a provocar “efectos rebote” con su consumo diario.
La siesta.
Hacia el final del texto, el National habla sobre esa costumbre tan española y tan saludable que es la siesta. Esa cabezada coincide con el punto medio de nuestros ritmos circadianos, cuando nuestro organismo necesita de ese paro momentáneo, de esos minutos de relajación, de desconexión…., para despertar mas lucido y apto, pero parece que la siesta también está en peligro de desaparición.
Los hábitos laborales se han ido modificando, las personas trabajan lejos de casa y ya no hay tiempo de comer junto a la mujer, tampoco de reposar un rato en el sofá…, el periodista relata como el español come en un bar, charla, se toma la copa, se echa un pitillo y vuelve a un puesto de trabajo en el que parece eternizarse sin que la productividad se vea mejorada. Cuando termina su jornada laboral, echa unas birritas con los amigos en el bar, aún se escapa al gimnasio y llega a casa tarde, cena a eso de las diez de la noche y se espera a ver el programa nocturno de máxima audiencia…, al final pienso en mi mismo y me pregunto si soy el único español que esta en la cama a la hora en la que todo el mundo empieza a cenar.
10 comentarios:
La meditación puede ser más reparadora que el sueño. Hay que hacerla lo más profunda posible. Es cuestión de práctica y hacer meditación durante unos minutos a diario es muy beneficioso. A parte de descansar físicamente, también lo haces psicológicamente, se nota mucho lo despejada que deja tu mente, la agilidad mental que se adquiere y la claridad con la que se ven las cosas cuando conviertes la meditación en un hábito. Los problemas dejan de serlo por este motivo.
Inténtalo durante una semana y verás por ti mismo los resultados, Pedro. Sólo 5 min. el primer día y poco a poco vas añadiendo 1 o 2 min. más cada día, con eso puede ser suficiente.
Esto no quiere decir que no se necesite dormir, es sólo que es muy reparador para el cuerpo y la mente hacer meditación. Incluso te ayuda a dormir mejor. Y segfuramente necesites menos horas de sueño para conseguir descansar por las noches.
Hay quien dice que Napoleón dormía muy pocas horas al día porque decía que dormir más era perder el tiempo, jejejeje.
¿Sabes Goyo...?, leo tu comentario y me da por pensar que el sueño fué la solucion evolutiva para la reparación en profundidad de lo fisico y psiquico..., y que homo, con su revolución neuronal llega a ser capaz de idear otra forma de ayudar a esa relajación mental necesaria para sobrevivir y para mantenernos sanos mentalmente.
Un abrazo Goyo.
Puede ser, Pedro, puede ser.
Pero en la meditación tú eres consciente entodo momento y cuando duermes, no. No somos capaces de recordar todo lo que soñamos y eso es una pequeña parte de lo que hacemos cuando dormimos, soñar, porque el resto del tiempo qué hacemos?
Dónde se va nuestra consciencia que no somos capaces de rememorarlo? Sólo cuando despertamos deducimos que estuvimos desconectados durante un tiempo pero no sabemos más.
Con la meditación tú puedes desconectarte de tu cuerpo y dejar de sentirlo y eres consciente de ello. Y puedes "soñar" conscientemente, imaginarte en otros lugares y lo puedes hacer de una forma tan palpable que parece que es real.
Puedes viajar a lugares que no conoces o trasladarte a lugares conocidos, yo lo he hecho (y con resultados sorprendentes).
Goyo, has dado en el clavo al preguntarte donde va la consciencia durante el sueño..., ese aspecto del sueño es el que fascina y el que comparo con la muerte. Realmente sabemos que hemos dormido porque despertamos..., sigo considerandolo fascinante.
Lo que comentas de la abstracción mental me recuerda mucho a las recreaciones de los viajes astrales.
Yo trato de recordar los lugares que visito con la Bicipalo, los colores, los olores, las sensaciones...., cierrro los ojos y durante segundos logro trasladarme.
Tenemos que hablar mas del tema, Goyo...., y otro abrazo.
Es tan pernicioso no dormir que ha sido una de las múltiples torturas que se han infligido al ser humano a lo largo de la historia, como ocurría con la aplicación de la gota china a los reos.
Está claro que la mayoría de los problemas psíquicos de muchas personas estriba en la falta del descanso que provoca el insomnio. Unas veces como enfermedad y otras por no poderlo conciliar por tantos problemas sociales, familiares o psicológicos que pueden arrastrarse.
Cualquier forma de terapia que implique la relajación, puede ayudar lo necesario en cada edad, para no enfermar por falta de ese don que es poder dormir lo que el organismo necesita. Aunque también se dice que dormir es morir un poco cada día.Supongo que es por esa fase en la que no se tiene consciencia de qué somos o qué hacemos...y perdemos el contacto con la realidad. Claro, que hay quién se lo pasa genial con sus sueños.Con sus fantasías oníricas. Hasta hay quien dice hacer viajes astrales...(aunque para ello no sea necesario dormirse)...A mi me encantaría...Eso de estar en la camita cómodamente y a la vez irse de garbeo para donde apetezca...y colarse en los lugares precisos...
Otra forma de pérdida de sueño es la mala conciencia, así que, nosotros a seguir siendo buenos, que no nos quite nada el sueño y el soñar.
Besicos hombre bueno de la bici de palo.
Hola Pedro:
Dormir no es algo privativo del ser humano; duermen los animales y no se si hasta las plantas, aunque no me extrañaría.
Los científicos investigan los neurotrasmisores, como la serotonina, y la relación de sus niveles con el sueño, la falta de éste u otras alteraciones, como depresiones, etc.
Lo que creo que podemos tener claro es que el sueño es un asunto "cerebral", más que de otra índole. Físicamente puedes estar agotado, pero si tu cabeza está lúcida, puedes mantenerte en pie; en cambio, cuando tu cabeza no da para más, una "cabezadita" (por algo se llamará así) nos viene como agua de mayo.
En este sentido creo que lo que apunta Goyo es, no solo factible, sino recomendable, porque nuestro ritmo de vida nos ha alejado de "la siesta" y nos hace estar a piñón durante horas causándonos un agotamiento importante.
No sé a tí, pero en alguna ocasión, de mucha actividad y atención continuada, me he quedado como "en coma" delante del pc; ¡zas! y no supe como me "desconecté" durante...¿segundos?.
Respecto al sueño comentar un "descubrimiento" personal. Cuando sueñas boberías sin sentido, con un sueño agitado, entre pesadilla y estres...es que te has acostado con hambre. No falla.
Por cierto, a Goyo le preguntaría que según su experiencia ¿cuál es el momento idóneo para hacer meditación como método "liberador"? ¿antes de comenzar la jornada, enmedio o al final? Sería estupendo poder "hacer borrón y cuenta nueva" a media jornada, pero no se yo si a mi jefe le gustaría verme con los ojos cerrados. Aunque si es el momento, siempre nos queda una "supuesta" visita al wc, jeje.
Besos, Pedro...(ya sabes, estoy, pero no, aunque las cosas ya van mejor...espero tener muy buenas noticias al final de la semana que viene). Y a "soñar" mucho.
Lara..., es curioso que coincidimos al comparar el sueño con una especie de muerte-resurrecion o de coma-despertar. Creo que decimas antes de perder la cosnciencia, unas decimas antes de csaer rendidos surge un miedo atroz a dejar de ser dueños de nuestros pensamientos, de nuestra "razón", de nuestra mente sapiens..., y nos entregamnos, nos desnudamos y cedemos el mando a nuestra biologia, pero mira..., y casi me rio, es saludable ese momento de dejar de ser humano para ser un organismo durmiente.
Maria..., claro que duermen todos los bichos que nos rodean..., a mi me gusta mirar a mis perros, ver como duermen despues de la actividad, como reposan, como se entregan al sueño incluso en medio de la mayor de las algarabias humanas.
También ciertas moscas africanas se colocan en la parte de abajo de las hojas para dormitar durante las horas de mayor insolación.
La meditación es uno de los grandes patrimonos de homo, como le decia a Goyo..., pero a mi me sigue hipnotizando el sueño clasico, el sueño al final de la jornada, el sueño cuando caen las sombras.
Un beso Maria...., y deseo que todo vaya bien con Gloria.
Hola María.
Cualquier momento es bueno para hacer meditación, y en cualquier circunstancia, aunque en algunas nos costará más o menos dependiendo del entorno que nos rodée en ese momento y capacidad de concentración que hayamos desarrollado. Indudablemente empezar con buen pie el día nos ayudará a que todo vaya rodado, por eso se aconseja hacer meditación nada más despertar (hombre si tienes que ir al baño antes, se va)y así la jornada la enfrentarás con la mente más clara y desccansada.
También es una buena opción meditar cuando te vayas a dormir y si te quedas dormido en la meditación pues ya tienes asegurado un buen descanso.
Un abrazo y espero que no sea nada lo tuyo María.
Hola Pedro:
Acaban de publicar un artículo sobre el sueño que igual te interesa.
Aquí te dejo el enlace:
http://lacomunidad.elpais.com/apuntes-cientificos-desde-el-mit/2010/6/3/dormir-tal-vez-sonar
Besos.
Publicar un comentario