“Las primeras nieves”, así titulaba mi amiga África un post colgado en su blog, colocaba también una fotografía de Simón pedaleando bajo una ligera nevada y sobre una pista completamente cubierta por la nieve…, y esta semana el frente polar se abatió sobre la península, las temperaturas cayeron en picado y la fina lluvia se convirtió en nieve que cubrió las cumbres de
Sentí un escalofrío después de colgar, sentí el frio contra mis pómulos y entre mis manos, casi sentí el frio y la lluvia, el silencio invernal, la hambruna y el miedo a los hielos eternos…, esos que retaban a homo y al resto de la fauna y flora durante todos los inviernos.
Fui subiendo las escaleras y recordando el invierno pasado, recordando de nuevo el post de África y mis primeras incursiones en los blogs, recordé cuando mi sobrina Águeda me observaba moviéndome entre las aventuras de Noe y su intenso blog “La cabra siempre tira al monte” y su sugerencia.
- Tío… ¿por qué no te abres un blog…?, es muy fácil.
Ella fue quien llevó el cursor hasta la casilla “CREAR UN BLOG” y ahí empezó todo, en esos mismos momentos me inventé el titulo y la dirección, todo improvisado, incluso ese primer post que escribí en la ventana del escritorio.
Y ya hace casi un año y sigo recordando ese invierno lluvioso y frío, mis rutinas cotidianas y las del fin de semana. Los sábados subir a las Tierras Altas a montar con
Recuerdo que salía de Valencia con rostro inexpresivo, conduciendo la ranchera y sin escuchar música…, después pedaleaba a solas por la serranía, me solía encontrar con Antonio y Miguel, dos amigos ya cincuentones pero tenaces e infatigables, charlábamos un poco y continuábamos camino…, remontando
Nunca había sentido nada igual en mis 43 años de existencia…, ahora mismo, reflexionando creo que eran pequeñas muestras de depresión, de fatiga, de cansancio…, y así creo que lo iba confesando en alguno de mis post y en los mail que intercambiaba con la tinerfeña, en ese momento descubrí que esas visitas que indicaba el contador y que tanto me habían influido en el estado de ánimo, no servían de nada si no había una persona de carne y hueso detrás de esas estadísticas que tanto gusta manejar a homo…., y María estuvo ahí.
Casi todos los días mi vida comenzaba con un correo suyo que me deseaba feliz amanecer, me contaba cosas de su día a día, me enviaba enlaces para intentar relanzar mi negocio, me daba soluciones para reparar los desaguisados informáticos, me enseñaba sus trabajos decorativos, sus broches artesanales y sus servilleteros. Sus correos al amanecer se convirtieron en la mejor terapia…, mas allá de los cientos de visitas que ese contador fuese acumulando…, y a Joa le hablo mucho de María, de lo mucho que me ayudó en ese invierno…, que de nuevo asoma, blanquecino y grisáceo, polar y gélido.
Pero las semanas iban pasando, los días grises y húmedos se sucedían…, y sigo recordando ese invierno pasado, las salidas entre semana con
Y poco a poco los iban dejando, Noe fue la primera, aquel “ya estoy aquí” que me hizo sonreír, que me hizo sentir como si mi Admirada Ciclista, es que me gusta llamar así a Noe…, hubiese dado el visto bueno a mi recién parido “Entre pedales, homos, ciervas y mamuts”. Después apareció María, se empapó del blog y me comentó todos los post que había publicado hasta el momento…, fue alucinante, además compartíamos la misma plantilla y habíamos escrito un post muy parecido, hablábamos sobre el agradecimiento, sobre la humildad, sobre el reconocimiento…, en ese momento ella se convirtió en una mujer muy especial para mi, en una amiga de esas que te hacen sentirte seguro y acompañado las 24 horas del día, en unas de esas personas que sabes que nunca van a fallar…, como África, que un buen día se colocó como seguidora, que un buen día me obsequió con esa foto suya de las coletas, una foto genial que también me ayudó muchísimo…, verlas me hacia sonreír, incluso pensaba en ellas cuando hacia bici.
El invierno fue pasando, poco a poco, lentamente…, la escarcha y los penachos de vaho frente a mi rostro, durante los solitarios paseos con Norton y Mía…, también desaparecieron, los sonidos fueron regresando junto a los primeros calores…, el zumbido de las abejas, el canto de los pajarillos y esos lirios azules que fotografié para “Pedaladas al amanecer”. Ellos me hicieron sonreír, me alegraron, hicieron que durante algunos momentos olvidase los momentos tristes y oscuros del invierno que dejaba paso a una primavera que no terminaba de despertarme, que no terminaba de arrancarme la alegría y el optimismo de otros años. Pero continué saliendo a la sierra casi todos los sábados, continué fotografiándola con el móvil, recordando los momentos para poder escribirlos. Y también los fotografié a ellos, a los vencejos que habían regresado…, aun sonrío al recordar esas sesiones de caza fotográfica en movimiento, los comentarios de los vecinos, sus risas…, que se tornaron en curiosidad cuando les enseñé algunas de las instantáneas, al tiempo que les contaba la alucinante vida d esas aves rápidas y ruidosas que acompañaban los amaneceres de la primavera…, y ella también llegó con la primavera, junto a los comentarios de Goyo, que se asomó curioso y comedido a mi blog, lo primero que le llamó la atención fue la decoración de
Y con la primavera llegó ella, en un día luminoso, ya cálido pero en el que aún vestía con el pelaje invernal…, Joa se trenzaba los cabellos al tiempo que me preguntaba si había alguna fuente por allí, por el aparcamiento de Porta Coeli…, me fijé en sus piernas y después respondí.
Recuerdo la luz, las largas pedaladas en esos primeros encuentros, mi lucha contra la premura y la ansiedad que me habían acompañado durante los últimos 7 años. No puedo olvidar tampoco el día que Joa apareció por primera vez en las Tierras Altas, estando ya mis padres instalados para pasar el estío, fue el mismo día de la caída con
Tuve miedo de la noche, tuve miedo de los días cortos, de la lluvia…, cuando el verano quedó atrás, pero el otoño fue generoso y distinto, después de varios años compartiendo las pedaladas con Los Osos, abandonaba el clan y pedaleaba junto a Joa, ya no conducía la ranchera con rostro inexpresivo hacia las montañas, hacia
Hace una semana salimos al monte ya cubiertos con la ropa de invierno, con algo de fresco pero no con los hielos que cubrían la serranía esta semana y el domingo hicimos carretera ya a 0 grados, ella sufrió al principio, no tolera bien el frió pero tomamos unos “cafeses” en un asador y continuamos la pedalada por el camino de las Canteras, entre pinares y entre umbrías en la que la temperatura caía aún mas, pero bajo un sol luminoso, resplandeciente, solitario en un cielo limpio de nubes.
Dejo de teclear y recuerdo que lo peor llegó entre enero y febrero…, este año se suma la crisis, el poco trabajo y los nuevos gastos…, en fin, espero que recordar vivamente esos malos momentos me ayuden a superarlos si es que aparecen o si aparecen otros…, me queda el consuelo de que en breve los días serán ligeramente mas largos, las sombras no se abatirán con tanta rapidez y lentamente el sol irá ganando altura, dejará de provocar destellos entre los claros y las sombras cuando rodamos bajo los pinares en
6 comentarios:
Hola Pedro:
Vaya, sí que ha dado de sí este primer año tuyo en el blog. Me alegro de ser uno de tus seguidores y de poder decirte que tus relatos son intensos y genuinos. Como la vida es cíclica, volveremos a iniciar el ruedo de aquí a unos días esperando que esta vez la cosa vaya un poco más engrasada.
Feliz navidad.
Hola Pedro:
Un año "repleto" de sensaciones y emociones, eh?.
Te doy mil gracias por todas esas letras que me has dedicado en tu post. Decirte que para mí esto no tiene sentido si detrás no intuyo que hay personas, "de carne y hueso", como bien dices.
Tu carne y tus huesos de ciclista, carpintero, hijo, amigo y amante de la naturaleza se me hicieron muy reales desde que empecé a leerte. Darte mi amistad ha sido muy fácil porque desde el principio he recibido la tuya.
Creo que la receta mágica es "mostrarse tal y como uno es", con su día a día, sus buenos y malos ratos, con las vivencias cotidianas, con los problemas y las alegrías. Y todas esas cosas las compartimos en aquellos momentos tuyos tan "desanimados".
Afortunadamente, la vida ha dejado de ser tan gris ¿verdad?. Has aprendido que este color tiene parte de blanco y si desearte cada día un "feliz amanecer" ha contribuido para ello, me siento muy bien por haberlo intentado.
Esta tinerfeña, Maleni o María, o como quiera que me llames (porque hasta parece que me multiplicas, jaja) es como una de esas olas de mi Atlántico que lo mismo besa la playa, que se aleja hasta el horizonte, pero si un día escucho gritar mi nombre desde el acantilado, allí estaré, rauda y veloz dispuesta a diluir las lágrimas y su sal o para salpicar de espuma las alegrías.
Los amigos, dicen, son esos seres que aparecen cuando las cosas te van mal y esperan a ser invitados cuando las cosas te van bien.
Eres mi amigo y yo soy tu amiga y es una cosa buena que hay que celebrar de este año que termina.
Quedo a la espera de tu nuevo pc con webcam incorporada para una cita a tres...tienes que presentarme a Joa "formalmente", mira que si no, no le doy tu mano, jejeje.
Muchos besosss Pedro y muchos abrazos desde estas latitudes. A Joa me la achuchas de mi parte y deseo que estas fiestas las pasen muy bien.
P.D. sigo dándole a la aguja, así que piensa que he ido de viaje al horizonte, pero en cuanto pueda recalaré en la playa para hacerte una visita larga. Besos.
Me has emocionado,tio.Te he imaginado hablando con mi padre, ambos,disfrutando, viviendo, cada palabra de tu narración. Yo todavia no existia cuando paseaban por esos lares, con unas chirucas de risa,con mucha ilusión y amor.Tengo,y debo conocer esos lugares(aunque solo queden ruinas de lo que fueron).Tambien tengo que ir al pantano de Sot de Chera, donde mis padres y unos amigos compraron un terreno con olivos, y que seguramente se perderá.Un beso muy fuerteeeeee!!!Ja xarrarem.Y Cecil y sus nenes?
Celia..., yo no sabia que esas ruinas estaban ahí hasta que tus padres me lo dijeron, fué entonces cuando me fijé y descubrí esos viejos muros rodeados por el pinar que regresaba a ocupar ese espacio que homo tomó a la montaña.
No lo tienes dificil para llegar hasta la Font del Poll, dejas el coche en la cartuja de Porta Coeli y tiras por la pista que sale de la misma puerta, subes, subes, sube..., pasas por la Font del Marge y algo mas arriba llegas a la Prunera, despues la Fonto de Poll y verás los parajes que tus padres vieron.
Besos Celia..., y tranquila que las serranias permanecerán cuando nosotros ya no podamos verlas.
Pues si Maria, un año intenso, joder, demasiado intenso en algunos momentos..., pero algo hemos aprendido y a algunas personas hemos conocido, de esas que valen la pena.
Por cierto, ya respiro tranquilo, estás ahí..., me inquietaba muchisimo tu ausencia..., pero bueno, ya has regresado, que bien...
Un besazo Maleni.
Josep, Josep, Josep..., que al final cambiaste de foto, por cierto, German tambien tiene nueva imagen y el tío está impresionante, muy atractivo, si señor.
En fin, como dices, esperemos empezar la temporada con algo mas de "grasa" en los mecanismos, nos hará falta si la economia sigue así de rota y dura.
Un abrazo Josep y un apreton de manos..., y como siempre, nos seguimos viendo si no pasa nada.
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